Almeida: «Hay que volver a la cultura del esfuerzo y dar una vuelta a las ayudas sociales»

A solo unos minutos de que patronal y sindicatos firmaran el nuevo convenio de la hostelería después de once años de bloqueo, el responsable del ramo en UGT, Vicente Fernández, se congratulaba de que Otea «hiciese suyo» el discurso que, según dijo, las centrales llevan «defendiendo durante toda la mesa de negociación». Esto es, que «con mejores condiciones salariales y laborales es posible que los trabajadores se queden en el sector». Una actividad que, como otras muchas en Asturias, carece de personal. «El sector es duro de por sí. Se trabaja en festivos, fines de semana. Resulta difícil para vivir en pareja, ver crecer a los hijos... Y si a eso le añades malas condiciones es difícil encontrar trabajadores», afirmaba Fernández.

Instantes después, el presidente de Otea, José Luis Álvarez Almeida -quien reconocía el «error» de haber estado once años sin convenio-, puntualizaba que «los convenios fijan los salarios mínimos, pero es la ley de la oferta y la demanda la que marca los máximos» y, desde su punto de vista, el problema de falta de personal, «que afecta a toda España, no se va a solucionar con este convenio».

«Claro que hay escasez de trabajadores -añadió-, pero a nadie le gusta servir, atender, agradar a la gente. No está de moda. Cada uno quiere vivir en su burbuja», apuntó indicando que «llevamos años instalados en la cultura del ocio, de vivir mejor. Parece que nos hace más gracia el que vive mejor y no trabajar».

De ahí que abogara este miércoles por «implicarse más en la cultura del trabajo. Pero esto no viene de ahora. Viene de las escuelas... Hay que volver a ella, a la cultura del esfuerzo dentro del día a día, en la vida... Y a las ayudas sociales, que son tan necesarias, hay que darles una vuelta y regularlas. Hay que hacer políticas que ayuden a conseguir un empleo a quien no tiene un puesto de trabajo». El acuerdo suscrito este miércoles tras cesiones por ambas partes tiene una vigencia de cinco años y recoge una subida retributiva total del 15%, lo que permitirá a los 25.000 trabajadores del sector (con un peso del 11% del PIB) recuperar poder adquisitivo «tras haber perdido en todo este tiempo «el 19%».

Es uno de los puntos principales -junto con una compensación de la subida del IPC real y una gratificación de 200 euros- de un documento que, «por primera vez» reconoce la figura del escanciador. Su nivel salarial es superior al de un camarero, está equiparado a la figura de un sumiller. «Cuando llegué a Otea no existía y tuve que 'pelearme' en Madrid en el marco del Acuerdo Laboral Nacional. Se me dijo que 'no', pero no me quedé con el 'no'. En la Comunidad Valenciana había la de horchatero. Entonces, ¿por qué no iba a existir la de escanciador en Asturias?», explicó Almeida. «Y se consiguió ese reconocimiento a escala nacional». Ya recogida en el convenio, «la pelota está en el tejado del Principado para que apruebe un certificado de profesionalidad y los escanciadores puedan acreditar sus competencias para obtener ese título». Por su parte Geli García, de CC OO, fue escueta, pero rotunda sobre el nuevo convenio: «Que se respete en todas las empresas. Inspección sabe que trabajadores firman jornadas que luego no se cumplen».

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