«Casi todos mis amigos son universitarios, pero ven más salida en la FP»

Las empresas del metal asturiano llevan años reclamando ciertos perfiles profesionales que les cuesta encontrar. Soldadores, caldereros y torneros forman parte de una lista de ocupaciones difíciles de cubrir. Ayer, docentes, estudiantes, políticos y representantes empresariales defendieron en la Universidad Laboral, en Gijón, los valores que este tipo de formación aporta a la industria y trataron de desmontar diversos mitos formados durante años en torno a ella.

La jornada se llamaba FP Innovation Day e involucró a todos los estamentos implicados en la cadena de la formación profesional industrial. La primera alumna en contar su experiencia fue Sara Laso, que cursa segundo de Mecatrónica en el CIFP de Avilés. «El primer año me gustó y este segundo está siendo diferente. Pensé que iba a ser más de mantenimiento, cambiar tornillos, algo más fácil», afirmó. No fue así y sus declaraciones sirvieron para desmontar uno de los mitos en torno a la la FP: que apenas hace falta estudiar. «La FP es mucho más que dar golpes a un clavo con un martillo. Hace muchos años podía ser así, pero ya no», señaló el director general de Enseñanzas Profesionales del Principado, Javier Cueli, quien defendió la importancia de potenciar la formación continua.

Pilar Carpio, que también estudia Mecatrónica, aunque en su caso en Valnalón, se encontró con unos estudios «muy prácticos» en los que es necesario «solucionar problemas», lo que supone una formación «muy divertida». Animada por su padre a iniciar esta formación, Pilar Carpio no pudo más que darle la razón a su progenitor cuando comenzó a estudiar.

Varios de los estudiantes que ayer contaron su experiencia se acercaron a la formación profesional industrial animados por su entorno. Es el caso de Justo Barrera, que estudia Fabricación Mecánica en el centro Sánchez Lastra de Mieres. «Siempre lo tuve en casa, así que salí de la ESO y me metí en el grado medio. Casi todos mis amigos están en la FP», afirmó. Alan Shorter, que estudia Fabricación Mecánica en el CIFP de la Laboral, también se inició en la FP gracias a su entorno. «Media familia trabajó en Ensidesa», explicó. Una vía más peculiar fue la que acercó a Natalia de Paz al CIFP Cerdeño, en Oviedo. Esta vallisoletana llegó a Asturias para estudiar un ciclo de Escultura. Una de las asignaturas, relacionada con la soldadura, la acercó al ámbito del metal y ahora estudia el ciclo de Soldadura y Calderería. Entre sus amistades, la Universidad sigue siendo la opción preferida. «Casi todos mis amigos son universitarios, pero ven más salida en la FP», afirmó.

Entre los participantes estaba también Aurelio González, presidente de Normagrup, que puso el foco en la necesidad de trabajar la formación continua para garantizarse un futuro laboral. La directora del CIFP de la Laboral, María Goitia defendió el intercambio entre centros y empresas como la mejor fórmula para cubrir las necesidades de ambos agentes. Por su parte, la secretaria general de Femetal, María Pérez, destacó que el sector necesita «talento» para superar la transformación digital y destacó que la FP industrial es «una de las principales herramientas» para lograrlo.

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