Fallece Luis García de Tuñón, primer secretario general de los empresarios de Asturias

El empresariado asturiano está de luto. Ha fallecido Luis García de Tuñón Aza, primer secretario general de la Federación Asturiana de Empresarios (Fade), una organización que contribuyó a fundar en el año 1977. Nacido en Oviedo en 1938, desempeñó las funciones propias del puesto hasta 1999, cuando pasó a ser adjunto a la Presidencia, que entonces ostentaba Severino García Vigón. Fue este el encargado de brindar, en 2003, una emotiva y pública despedida a García de Tuñón, quien había renunciado al cargo tras más de 25 años volcado con la organización, afirmando: «Dejará de tener relación laboral (con Fade), porque la de la amistad, la del reconocimiento y aprecio personal continuarán».

Transcurridas casi dos décadas, las palabras de cariño y reconocimiento en torno a la figura de Luis García de Tuñón no han cesado. «Era la historia viva de Fade», dijo ayer Alberto González, actual director general de la organización patronal y su sucesor en el cargo tras conocer la noticia del fallecimiento. «Sobre todo y en primer lugar, era una persona entrañable que deja buen recuerdo en todos los que trabajaron con él; por supuesto, también en mí. Aprendí muchas cosas de él y siempre le llevaré en el corazón», añadió.

González también ensalzó el trabajo desarrollado en favor de la organización patronal por este licenciado en Derecho por la Universidad de Oviedo: «Sus servicios fueron amplísimos y, además, en una época muy complicada para una organización como Fade».

Ovidio de la Roza, presidente de Asetra, también recordó ayer aquellos duros inicios que tuvieron que afrontar los impulsores de la Federación Asturiana de Empresarios: «Aquellos veteranos tuvieron la virtud de crear la organización en unos tiempos muy difíciles, con toda la problemática de un incipiente movimiento asociativo, y en una Asturias en la que el empresariado no estaba muy bien visto».

Pero si hay un rasgo «indiscutible» de quien también fue durante muchos años secretario del consejo de administración de Química del Nalón es su «bonhomía», según destacó De la Roza: «Eso no se puede negar», insistió.

Las palabras de González y De La Roza son muestra de los numerosos mensajes de pésame y cariño que ayer recibieron los familiares y allegados de García de Tuñón: su esposa, María Paz del Valle González-Quirós, sus dos hijas, María y Adela, y sus tres nietos, Álvaro González de Castejón y Fernando y José María Doussinague. No en vano, «nadie hablaba mal de él y él nunca hablaba mal de nadie», aseguró ayer su hija María, quien destacó también alegría y austeridad de un «enamorado de Asturias y de su naturaleza, de la que disfrutaba muchísimo».

De hecho, Luis García de Tuñón Aza, que tras sus estudios en Oviedo y unos años de formación en Madrid inició su trayectoria profesional en el sector de la banca en la capital de España, regresó con su familia al Principado, donde se crió siendo el quinto de siete hermanos, entre ellos, los autores José María y Bernardo García de Tuñón.

Pero, según subrayó su hija, es la generosidad que manifestó durante toda su vida con allegados y desconocidos la cualidad más sobresaliente de un hombre al que también describió como «culto y con una memoria extraordinaria»: «Ayudaba a todo el mundo. Pensaba más en los demás que en sí mismo. Siempre. Hacía cosas maravillosas por los demás y nunca decía nada», aseguró, sin poder contener la emoción por quien «para mí, era el pilar de la casa».

De hecho, además de numerosos gestos privados «de los que nos enterábamos pasado el tiempo», Luis García de Tuñón colaboraba con varias organizaciones solidarias, como la Cocina Económica, y también apoyaba iniciativas de los Padres Dominicos.

Será en su iglesia parroquial de San Domingo de Guzmán de Oviedo donde mañana, día 21, a las 13 horas, se recibirán sus cenizas y se oficiará el funeral por su eterno descanso.

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