La pandemia desbanca el pago con efectivo y dispara el uso de las tarjetas bancarias
La retirada de los cajeros bajó un 6% en agosto en relación a 2019, antes de la covid, mientras que los abonos con plástico crecieron un 35%
NOELIA A. ERAUSQUIN
Domingo, 3 de octubre 2021, 22:07
La evolución era clara desde hace algunos años: las tarjetas van comiendo terreno al dinero en efectivo. Sin embargo, la pandemia ha acelerado esa tendencia, ... ayudada también por el desarrollo tecnológico que facilita los pagos sin contacto o a través del teléfono móvil y la normativa que impide realizar grandes abonos con papel moneda. Por unos y otros motivos, 2020 supuso un punto de inflexión. Las familias gastaron menos dinero debido a las restricciones derivadas de la pandemia, pero mientras el importe del pago con tarjeta solo retrocedió un 0,49% y el número de operaciones crecía un 4,4%, en el caso del efectivo las cantidades retiradas de los cajeros se desplomaron un 18,36% y estos equipos se utilizaron un 31,25% menos que el año precedente.
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La encuesta nacional sobre el uso del efectivo que realiza el Banco de España detalla que solo el 36% de los españoles eligió el pago en metálico como método más habitual en 2020, frente al 80% de 2014. No obstante, sigue siendo el medio más usado en las franjas de población de menor y de mayor edad, es decir, entre los que superan los 64 años y las personas de entre 18 y 24 años.
La nueva normalidad ha traído un aumento del gasto, pero el cambio de costumbre ya se ha asentado. Así, según datos de BBVA Research, el pasado mes de agosto el gasto con tarjeta fue un 35% mayor que en el mismo periodo de 2019, antes de la pandemia. Las transacciones con tarjetas españolas ganaron peso, sobre todo, las no presenciales (+139%), mientras que las presenciales sobrepasaron el nivel precrisis en todas las comunidades. A diferencia de esto, las retiradas de efectivo no recuperaron el dinamismo anterior y se situaron un 6% por debajo de agosto de 2019.
El Payment Innovation Hub destaca en su Informe de tendencias e innovación en medios de pago cómo el coronavirus ha impulsado esta transformación. «La covid-19 no ha significado un cambio de rumbo radical en los métodos de pago, sino la aceleración de una tendencia de digitalización que ya lleva un largo recorrido, pero que ahora pasa a ser una prioridad», asegura Silvana Churruca, CEO de esta alianza multisectorial de empresas, formada por CaixaBank, Global Payments, Visa, Samsung y Arval.
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Aunque el impacto es aún «incalculable», los efectos de la pandemia son patentes. Su análisis destaca como claves la eclosión que ha supuesto el comercio electrónico y el incremento de los pagos sin contacto ('contactless'), ambos impulsados por las restricciones a la movilidad personal y las medidas de distanciamiento social provocadas por la covid. Desde Unicaja se destaca también «una continuada tendencia de aumento del uso de las tarjetas y medios de pago, principalmente en operaciones de comercio electrónico y, asimismo, en pagos en comercios de escaso importe, aquellas que tradicionalmente se hacían en efectivo». Esta entidad calcula un aumento de seis puntos porcentuales en la la proporción de pagos con tarjeta y medios de pago frente a los de efectivo.
Al progresivo cambio de hábitos de los consumidores contribuyó decisivamente la evolución tecnológica, con la popularización de teléfonos móviles inteligentes, el desarrollo del 'contactless' o los sistemas de encriptado, que aportan seguridad a los pagos en el comercio electrónico, entre otros factores, pero también el impulso que dan las entidades financieras al negocio digital. Todo ello permitió hacer accesible y expandir el uso de tarjetas entre consumidores no habituados a ese canal, subraya este informe.
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De hecho, el aumento en el uso de tarjetas viene de lejos. Según los últimos datos del Banco de España, correspondientes al primer trimestre de 2021, en la actualidad hay 37,38 millones. Son casi 20 millones más que hace dos décadas, lo que supone un incremento que supera el 110%. Sin embargo, en la actualidad hay 4,5 millones menos que hace diez años, algo que viene motivado por las fusiones de las entidades financieras y también que cada vez es más habitual que los bancos cobren por disponer de estos plásticos. Pese a ello, esta reducción viene acompañada por un aumento de su uso.
Menos riesgos y más control
Esta transformación se deja sentir en las entidades financieras, pero también en el día a día de todo tipo de establecimientos, tanto de mayor como de menor tamaño. La gerente de la Unión de Comerciantes del Principado, Carmen Moreno, destaca esa transformación, que no ha implicado problemas en los establecimientos asturianos y sí, en la mayoría de los casos, ventajas. «El 99% del comercio de Asturias ya tenía terminal y admitía el pago con tarjeta», explica. El cambio hacia un dinero más virtual que físico «supone que no acumulas tanto efectivo, facilita el conteo, que no haya riesgo de pérdida o de robo... Es más cómodo, la caja casi la hace el banco», señala como algunos de los avances que supone esta transformación.
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En la hostelería la reducción del efectivo se lleva notando también mucho tiempo. En su caso, sin embargo, no fue tanto el miedo a la covid, ya que cuando más se potenció que se evitara el metálico por miedo a los contagios, el sector estaba completamente cerrado. Igualmente, el presidente de la patronal del sector Otea, José Luis Álvarez Almeida, reconoce que «la pandemia ha empujado más aún al pago con tarjeta». Y también la actualización tecnológica de los establecimientos, que muchos necesitaron al buscar un mercado con la venta de comida a domicilio.
Pero no solo se trata de un auge de las tarjetas, también de otro tipo de sistemas que eluden el efectivo, como son las propias transacciones 'online'. Según los datos que maneja Banco Sabadell, el 63% de las transacciones comerciales se realizan ya a través de internet y se prevé que para el año 2030 los pagos electrónicos se tripliquen en el mundo hasta superar tres billones de operaciones. Entre 2020 y 2021, se calcula que las estas operaciones electrónicas crecerán un 82%.
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Moreno confirma, además, que comerciantes y clientes también abordan otras formas de pago virtuales, como es el caso de Bizum, sistema creado gracias a la colaboración de la gran mayoría de las entidades bancarias del país para realizar pagos instantáneos de compras y entre particulares. Otros negocios, como academias, hace tiempo que ya dieron la espalda al efectivo y optaron mayoritariamente por la domiciliación bancaria.
Del lado de la Administración, la caída del efectivo también trae grandes ventajas, un mayor poder fiscalizador que reduzca la circulación de dinero negro. De hecho, tanto el anterior Gobierno de Mariano Rajoy como el actual de Pedro Sánchez han impulsado reformas para dificultar el pago en efectivo de grandes cantidades. En mayo, la Comisión de Hacienda del Congreso aprobó la ley contra el fraude fiscal, que incluye, entre otras medidas, la limitación del uso del efectivo a 1.000 euros cuando una de las partes sea empresario o profesional. La ley ha pasado al Senado para continuar con la tramitación parlamentaria. A finales de 2016, el ministro de Hacienda de la época, el popular Cristóbal Montoro, ya había puesto como límite 2.500 euros.
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