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Instalaciones de la central térmica de La Pereda, en Mieres. JUAN CARLOS ROMÁN

La Pereda abandona el carbón e inicia las obras para generar energía con biomasa

Hunosa señala que la transformación de su térmica «garantiza la viabilidad de la empresa y el empleo al menos durante 20 años»

Viernes, 27 de diciembre 2024, 01:00

Hunosa da un paso más en el abandono del carbón para orientarse a fuentes más limpias con el cese de la actividad ligada a ... este combustible fósil en La Pereda. La central térmica acaba de dejar de generar energía con este mineral del que se abastecía gracias al pozo San Nicolás, donde también ha terminado la actividad extractiva y que representaba el último estandarte en España de esta minería. Ahora, Hunosa cierra una etapa histórica y que fue su razón de ser durante décadas para proceder a la completa transformación en «una empresa comprometida con la descarbonización, las nuevas energías y el medio ambiente», apuntó ayer en un comunicado.

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Con el cese de las operaciones con carbón, La Pereda se convertirá en una central de biomasa de 50 MW, la de mayor envergadura de Asturias, según la hullera pública. Este es el proyecto estratégico –por los ingresos que genera a la compañía– que «garantiza la viabilidad de la empresa y el empleo al menos durante 20 años», los que establece el régimen retributivo conseguido por Hunosa para la central en la subasta de renovables celebrada a finales de 2022. La metamorfosis, que empezará a ejecutarse con el nuevo año, supone una inversión de unos 55 millones de euros. De modo que 2025, cuando La Pereda cumplirá 30 años de existencia, será el de su transformación. El proyecto, intensivo en mano de obra, supone además «un revulsivo para el desarrollo del sector forestal en Asturias, especialmente en el área central, zona donde Hunosa posee 3.800 hectáreas de monte».

Así, el compromiso de la empresa es abastecer a la nueva central con biomasa autóctona y sostenible, es decir, de Asturias y territorios cercanos a la región. La hullera estima que La Pereda consumirá un máximo de 400.000 toneladas de biomasa al año y tendrá un impacto de 20 millones de euros de volumen de negocio en este sector y en otros de la cadena industrial, como son las empresas de bienes de equipo, de mantenimientos específicos, medioambientales y de suministros tecnológicos. Además, también impulsará diferentes líneas de proyectos de I+D+i que nacen a raíz de la propia transformación.

La evolución de la central abre la posibilidad de desarrollar nuevas líneas de trabajo en distintos ámbitos, como la gestión de biomasa, la valorización de residuos, la generación de biometanol o la captura de CO2 de origen biogénico, aprovechando en este caso la actual instalación piloto, cuya tecnología ha sido desarrollada por el Incar-CSIC. Para la compañía, se abre, por tanto, «un horizonte prometedor en el nuevo contexto energético, que sitúa a Hunosa como agente de descarbonización de primera relevancia en Asturias».

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