La hostelería confía en que el convenio sirva para retener y ganar trabajadores

«Esperemos que hoy se ponga la guinda al postre». Es la figura que utiliza Javier Martínez, vicepresidente de la patronal Otea, al referirse a la firma del convenio de hostelería que tendrá lugar esta tarde. Otea, UGT y CC OO alcanzaron a última hora del lunes un acuerdo definitivo sobre el nuevo convenio, bloqueado desde hacía once años, cuando finalizó el anterior. «Por fin se logró tras muchos años sin convenio y limar ambas partes diferencias, porque hubo muchas en estos últimos meses. Creo que es positivo, tanto para las empresas como para los trabajadores. Era algo que el sector necesitaba».

Y ahonda en el porqué: «Que la hostelería, cuyos trabajadores representan el 11% del total de Asturias, estuviese sin convenio era negativo dada la carencia de personal. Mejorar las condiciones laborales es bueno para ellos y para las empresas, porque sin trabajadores, no pueden desarrollar la actividad. Esperemos que implique ganar personal y que los que hay se queden y no se vayan a otros sectores con las mismas carencias que nosotros».

En este sentido, recuerda que «el verano pasado en España no se cubrieron el 30% de las necesidades de personal». Ahora espera que «nos dejemos de disputas y trabajemos juntos. Los sindicatos, en formación, tienen mucho que aportar».

En el ámbito sindical, Vicente Fernández, de UGT, manifestó: «Estamos contentos con lo que hemos logrado. No hemos conseguido todo lo que pretendíamos, pero hemos sacado el convenio adelante después de mucho esfuerzo y con la patronal en una posición completamente inmovilista». Sobre esas mayores pretensiones, Fernández especificó que en todo este tiempo, «la pérdida de poder adquisitivo fue de casi un 19%. Hemos logrado un 15%. No está mal, aunque queríamos más. No pudo ser. Pero había que actualizar el salario de los trabajadores. Era lo justo».

También hubiese querido que, en vez de cinco años, el convenio se pudiera volver a negociar en menos tiempo, tres o cuatro años, pero tampoco fructificó. Por contra, subraya, las centrales pararon la flexibilización de la jornada, «que ya está más que flexibilizada y podía derivar en más precariedad» y lograron la gratificación de 200 euros -que beneficiará «a un 80% del personal fijo y a otro 80% del personal eventual-, «aunque nos hubiese gustado que llegase a más».

Geli García, de CC OO -menos satisfecho con el convenio-, valoró positivamente «la recuperación del poder adquisitivo en un acuerdo que es decente. Podría ser mucho mejor, pero no se podía mantener la situación en la que estábamos más tiempo». Por su parte, Guillermo Velat, de la plataforma Hostelería en Lucha, tildó el acuerdo de «vergonzoso tras once años de congelación salarial y una clara inestabilidad económica a escala mundial. Firmar a cinco años va a suponer bastante pérdida de poder adquisitivo» y ve «una pérdida de derechos, como la relativa al cobro del 100% de la incapacidad temporal», aunque UGT dice sigue como estaba. La plataforma, que aglutina a 150 miembros, está tramitando convertirse en asociación o sindicato y reforzará su trabajo. Prepara movilizaciones para Semana Santa.