Industria se compromete a buscar fórmulas que garanticen el futuro industrial de Asturias
La ministra Reyes Maroto convocará «en los próximos días» al Principado para analizar los mecanismos que se pueden poner en marcha
Los desencuentros entre el Ministerio de Industria y el Ejecutivo regional son un secreto a voces. Al menos, los que se vierten desde este ... lado de la frontera. Las partes conscientes de que es necesario retomar la senda del entendimiento, parecen dispuestos a sentarse a trabajar en soluciones que garanticen el futuro del sector en la región.
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Fuentes del Ministerio de Industria avanzaron ayer a EL COMERCIO que «está previsto que se mantengan reuniones de trabajo en los próximos días donde se analicen todos los instrumentos que están disponibles, que sirvan para garantizar la competitividad de la industria asturiana».
Del desenlace de un encuentro que aún no se ha producido poco se puede decir, pero sí desde qué punto de partida llegará cada uno de los interlocutores. La del Gobierno regional está clara. El martes la formuló el consejero de Industria en la constitución de la Alianza por la industria, que aglutina a fuerzas políticas y agentes económicos y sociales. Enrique Fernández enumeró cinco exigencias: la no condicionalidad de las ayudas a la existencia de crédito presupuestario suficiente, así como el mantenimiento de los apoyos a las empresas altamente electrointensivas durante los próximos dos años; la equiparación para la industria electrointensiva de las compensaciones y ayudas actualmente en vigor en otros países europeos; la elevación, hasta el máximo permitido, de las compensaciones por costes indirectos de CO2; la definición, «con carácter inminente», de un mecanismo de sustitución de las subastas de interrumpibilidad, que beneficie principalmente a las electrointensivas; y, que las compañías puedan negociar con el Gobierno central para consensuar «planes específicos para garantizar la supervivencia y el empleo de calidad».
Las mismas fuentes ministeriales confirman la intención de debatir los puntos que se plantean desde el Ejecutivo asturiano y confirman que esa cita se formalizará a la mayor brevedad posible en coordinación con la Oficina Asturias Industrial. Este órgano es un instrumento del que poco se ha hablado en los últimos meses, pero que nació hace casi dos años en pleno proceso de cierre de la entonces planta avilesina de Alcoa. El protocolo, firmado conjuntamente por la ministra Reyes Maroto y el expresidente asturiano, Javier Fernández, tenía como objetivo captar inversores a medio y largo plazo para la industria asturiana, en ese momento, de forma acuciante para la aluminera. Ya entonces, febrero de 2019, el dirigente socialista urgía a la aprobación de un estatuto que rebajase los costes de la industria electrointensiva.
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Ahora los proyectos pasan por los fondos europeos. Lo dijo Reyes Maroto esta semana en respuesta a preguntas de EL COMERCIO: «Espero que Asturias sea una de las principales beneficiadas». Y, ayer, fuentes del ministerio confirmaron esta hoja de ruta: «Trabajaremos con el gobierno asturiano y sus agentes sociales en proyectos tractores para garantizar el futuro industrial de la región en el marco del plan de recuperación, de cara a que el Principado se beneficie de los fondos europeos». La ministra tiene claro hacia donde quiere encaminar los pasos de la región. El martes mismo volvió a recalcar las prioridades a trabajar de cara a que se mantenga la cuota que a día de hoy representa la industria en el PIB regional: «El desarrollo de cadenas de valor en el ámbito de eficiencia energética, la economía circular, y proyectos tractores en la transición industrial».
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