María Calvo, durante un acto empresarial. / ARNALDO GARCÍA
Crisis

La patronal advierte de que las «paradas forzosas» en la industria agravarían el impacto de la crisis

Los consumidores industriales de gas, entre ellos Fertiberia y Minersa, señalan que el plan de la CE «no tiene sentido» por la falta de conexiones

P. LAMADRID

GIJÓN.

Viernes, 22 de julio 2022, 01:28

La Federación Asturiana de Empresarios (Fade) se sumó ayer al rechazo al plan de ahorro de gas de la Comisión Europea, después de ... que el Gobierno mostrara su oposición por considerarlo injusto para España. La patronal asturiana coincidió con las críticas puestas sobre la mesa por la Alianza por la Competitividad de la Industria Española e incidió en que «no tiene sentido imponer reducciones de consumo de gas en todos los países por igual». En este sentido, Fade destacó que España ha realizado «una gran inversión para diversificar la procedencia de su gas».

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Asimismo, subrayó el gran peso de la industria en España, «con gran presencia de empresas electrointensivas», por lo que realizar paradas industriales forzosas «agravaría la escasez de productos esenciales en toda Europa y aumentará el impacto económico de la crisis». Por ello, se pondrá en riesgo el funcionamiento de toda la cadena de valor de la economía europea, apuntó.

También manifestó su desacuerdo con el plan europeo Gas Industrial, la asociación que representa a los consumidores industriales de gas y a la que pertenecen Fertiberia y Minersa, presentes en Asturias. Su presidenta, Verónica Rivière, expresó su apoyo al posicionamiento «extremo y sensato» de la ministra para la Transición Ecológica, Teresa Ribera, porque «Bruselas ha elaborado un plan sin tener en cuenta el mix energético de España y dado un valor que no sería realizable», indicó en alusión al 15% de reducción de gas que pide la CE a los Estados miembros para aumentar las reservas de cara al invierno. Según explicó, «no tiene sentido» el paquete de medidas presentado por Europa porque no hay posibilidad de trasvasar gas a otros países, salvo una pequeña cantidad a través del gasoducto que une el país con Francia. «Si ni podemos utilizar las regasificadoras a pleno rendimiento para dar gas a los países del norte de Europa, ¿qué sentido tiene bajar el consumo?», planteó Rivière.

La planta de El Musel

Ante esta situación, apuntó que la mejor ayuda posible que se puede prestar a los Estados miembros con menos reservas es «poner a disposición las regasificadoras como centros logísticos», estrategia en la que la planta de El Musel tendrá un papel clave «porque se pondrá a disposición de Europa».

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También la Asociación Española del Gas (Sedigas) mostró su apoyo a la posición del Gobierno central y pidió una aplicación de las medidas de ahorro que «tenga en consideración las capacidades logísticas y el modelo de suministro de cada Estado miembro, lo cual no es contrario con los principios de necesaria coordinación y solidaridad con nuestros socios comunitarios».

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