Adrián Barbón. Presidente del Principado de Asturias y candidato del PSOE a la reelección
Elecciones autonómicas en Asturias
«Aspiro a lograr la confianza mayoritaria y que Asturias tenga un gobierno fuerte»«Tengo completa seguridad de que Javier Fernández, como todos los expresidentes socialistas, va a votar lo que votamos los socialistas»
Adrián Barbón (Laviana, 1979) se muestra convencido de su victoria este domingo e incluso confiesa que aspira a conseguir la «confianza mayoritaria» de los ciudadanos ... para tener un «gobierno fuerte». No obstante, insiste en hacer un llamamiento a la movilización del electorado ante el riesgo, «que existe», de «entregar a Asturias a Santiago Abascal».
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-¿Está usted tan nervioso como dicen?
-Puede juzgarlo usted misma.
-¿No le pone nervioso el curriculum de Diego Canga y su experiencia en la gestión de fondos europeos?
-Jamás. Yo respeto mucho a todos los candidatos y, por supuesto, sus trayectorias. Pero estas elecciones van de elegir, sobre todo, a la persona que mejor representa los intereses de los asturianos, la que mejor empatiza, la que es más cercana, la que entiende mejor los problemas, la que está a pie de calle...
-¿Y cree que el candidato del PP no tiene ese perfil?
-Cada uno que valore esa respuesta.
-Usted ha sido muy insistente con Canga, poniendo en duda su compromiso con Asturias más allá del 28M.
-Dijo que iba a estar el 29 y, permítame la broma, luego descubrí que el 29 no hay viaje en avión a Bruselas, lo hay el 30. Le pregunté si iba a estar los cuatro años porque creo que todos los que nos presentamos a la Presidencia debemos decir con honestidad si, pase lo que pase, vamos a estar aquí cuatro años haciendo política. Yo ya dije que sí.
-¿Por qué cree que él no?
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-Porque todo el mundo lo duda. Hay una sensación creciente de que, bien tras las elecciones generales de diciembre, o tras las europeas de 2024, puede haber algún tipo de nombramiento.
-Le ha comparado con un globo desinflado...
-Esa es la lección que sacamos de las encuestas y yo creo que tiene su origen en el debate, de donde todo el mundo salió con la sensación de que no había empatizado con los ciudadanos y que, además, había tenido un tono un poco altivo y un poco despectivo hacia otros candidatos. Yo creo mucho en el respeto y, aunque él me esté insultando, yo no le voy a insultar jamás. Pero lamenté mucho el tono despreciativo con el que trató al candidato de Ciudadanos.
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-Adriana Lastra le llamó «superfaltosu». ¿Cree que su tono fue el acertado?
-Hay que situarlo en el marco de que Adriana lo decía en respuesta al trato con el que él se había dirigido al candidato de Ciudadanos. Aunque mi estilo no es ese.
-Las encuestas le dan como ganador, pero la mayoría de izquierdas está cogida con pinzas. ¿Le preocupa que no salgan los números?
-Las encuestas son la foto fija de un momento que, desde luego, marcan una tendencia. Pero son encuestas y con encuestas no se ganan elecciones. Por eso yo lo que más temo es que haya una desmovilización de gente que dé la victoria por hecha y estoy insistiendo, a quienes casi me dan la enhorabuena por anticipado, en que la victoria no está hecha. Hay que ir a votar. Si no, se corre el riesgo de que nos levantemos el lunes con una pesadilla, dejar Asturias en manos de Santiago Abascal.
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-Mientras usted pide la movilización de la izquierda ante el riesgo de la llegada de Vox, Podemos e IU niegan que exista ese peligro y dirigen sus dardos hacia usted. ¿Le está haciendo daño ese fuego amigo?
-IU y Podemos están cometiendo un error, que es desmovilizar al votante progresista. En lugar de activarlo lo están desactivando diciendo que no hay ningún riesgo. Porque sí lo hay, claro que lo hay. Me preocupa que estén contribuyendo a la desmovilización del voto de izquierdas por cuestiones tácticas, por falta de visión estratégica. Por eso me estoy dirigiendo al conjunto de la izquierda apelando a la movilización de la gente, pero también a la gente moderada e incluyo a muchos votantes y militantes del PP que están desencantados con la deriva de su partido.
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-Usted pide el voto desencantado con el PP y Canga dice que cuenta con el respaldo del PSOE «avergonzado con el 'sanchismo'». ¿Le consta ese trasvase?
-Eso ya se dijo en las elecciones de 2019 y los resultados están ahí. Y ahora las encuestas no nos dicen eso.
-¿Está seguro de que Javier Fernández votará a su sucesor y no a su asesor?
-No tengo ninguna duda, tengo completa seguridad de que Javier Fernández, como todos los expresidentes socialistas y militantes socialistas, va a votar lo que votamos los socialistas.
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-¿Le molesta que Canga le compare constantemente con él?
-No, eso nunca.
-Y, por cierto, ¿es usted ahora tan 'sanchista' como en 2016?
-Yo siempre he sido socialista lo primero de todo y, en las primarias de 2016, opté por lo que creía que era la mejor solución para reconectarnos con la sociedad española, como se demostró después, porque por eso ganamos las elecciones generales de 2019, no una, sino dos veces. Si no hubiera ganado en aquel momento Pedro Sánchez, seguramente la deriva del PSOE hubiera sido distinta. Por eso sigo creyendo que hice lo correcto.
-Le atacan porque dicen que ya no es 'sanchista'.
-No tiene nada que ver eso con que, ahora, en la acción de gobierno, haya veces que las posiciones del Gobierno de España no son las mismas que las del Gobierno Asturias. Y en ese caso yo lo que demuestro es que, por encima de todo, soy asturiano.
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-Podemos e IU piden para Asturias un Gobierno de coalición y usted lo rechaza. ¿Cree que el modelo de Gobierno nacional ha sido un error?
-Los números dieron lo que dieron a nivel nacional. Además, el error se cometió en abril de 2019, cuando Ciudadanos impidió que hubiera un Gobierno de Pedro Sánchez. Desde luego, humildemente creo que lo mejor para Asturias es un gobierno del PSOE.
-¿Y contempla un acuerdo de coalición con otras fuerzas de la izquierda o con otros partidos, como Foro, si fuera necesario?
-Aspiro a que los socialistas tengamos la confianza mayoritaria y que Asturias pueda tener un gobierno fuerte que garantice la estabilidad para poder afrontar todos los retos y objetivos que tenemos por delante, que son muchos.
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-En 2019 IU le apoyó en la investidura y en esta ocasión insiste en entrar en el Gobierno.
-Si los ciudadanos dan una victoria clara al proyecto que yo represento y optan por mí como presidente, no veo a la izquierda permitiendo un gobierno de la derecha.
-Confía entonces en que las fuerzas de la izquierda, antes de permitir un gobierno de derechas, le faciliten la investidura, aunque no haya coalición.
-Si me lo permite, y por respeto, creo que esa es una pregunta a la que deben responder ellos.
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-IU aspira a ocuparse de la Consejería de Medio Ambiente y, además, lleva en su programa la derogación de la Ley de Calidad Ambiental. ¿Puede garantizar hoy que esa ley no se convertirá en moneda de cambio?
-Bajo ningún concepto nos planteamos derogar una ley tan importante para reducir la burocracia, con lo que ha costado sacarla. Hay que pensar en los intereses de los ciudadanos, no en los intereses de los partidos.
-¿Cómo explica que ni PSOE ni IU sean capaces de rentabilizar la caída de Podemos?
-Hay un voto desmovilizado de decepción, gente a la que los conflictos internos de Podemos no le gustan y se sienten defraudados. Tienen que movilizarse y votar porque el destino al que vamos si no es a entregar Asturias a Santiago Abascal.
-Vox podría incluso duplicar su representación. ¿Debería tomárselo como un voto de castigo?
-No me tomo su ascenso como un voto de castigo hacia mí, porque está pasando en toda España. Vox está canalizando el voto de desencanto y malestar social y, aparte, está robando muchísimos votos al PP. De hecho, el PP ya ha entregado las alas a Vox y en el debate se vio perfectamente que no se atacaron en ningún momento. Tienen acordado ya un pacto, el pacto de la vergüenza, un pacto que no hacen público porque una parte de la derecha moderada no permitiría entregar a Asturias a Santiago Abascal.
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«Es el lugar en el que me crié y pasé mi infancia»
Adrián Barbón eligió Laviana por representar para él sus orígenes personales y políticos. De Laviana destaca por un lado la Barriada, donde se crió con sus abuelos, donde pasó su infancia jugando en la calle y donde sigue viviendo, y por otro la Avenida de la Constitución, entre el Ayuntamiento de Laviana y la Casa del Pueblo, lugar de encuentro de vecinos y una de las obras «más especiales» porque fue una de las primeras que hizo como alcalde.
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