Un base a por la canasta política de tres puntos
Diego Canga. El candidato del PP, alto funcionario de la UE, asesoró a Javier Fernández, fue mano derecha de Tajani y es Medalla de Plata del Principado
Gijón
Jueves, 18 de mayo 2023, 02:06
Vio pintar a Salvador Dalí en la orilla del Sena; compartió habitación con un hijo del actor Vittorio Gassman en el internado de Irlanda al que le enviaban los veranos desde los 10 años para aprender inglés; y no olvida los tacos de su madre en francés, al más puro estilo legionario galo en el Chad, que sacaron a su padre de un cómico apuro en Bruselas.
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También es abogado, alto funcionario de la Unión Europea, experto en las entrañas de la Administración comunitaria, fundador de Compromiso Asturias XXI y mano derecha de Antonio Tajani. El mismo Tajani que tiene una calle en Gijón por su implicación en 2013 en la no desaparición de Tenneco y que hoy es ministro de Asuntos Exteriores en la Italia de Meloni. Entre 2012 y 2015 formó parte del Consejo Asesor del presidente socialista Javier Fernández, quien le otorgó la Medalla de Plata del Principado en 2018.
Todo eso es él. Como él mismo y las hemerotecas han contado. Pero el candidato del Partido Popular a la Presidencia del Principado, Diego Canga (Oviedo, 1964) también es la primera persona no militante del PP por el que la formación conservadora apuesta como opción para sustituir en su puesto a Adrián Barbón.
Y también es lo que sus amigos, compañeros y colaboradores han vivido con él. Y ellos hablan del hijo de Pepe Canga y Pitusa Fano, del novio eterno de la bióloga y también alta funcionaria Pili Roza, el mismo que fue el primero de la panda en casarse -en la Catedral de Oviedo-, del padre de Paula, Lucía y Marta y del estudiante del San Ignacio que se convirtió en base del equipo de baloncesto y el primero en ser 'fichado' como profesional para jugar en Segunda División. Un perfil de Diego Canga que, pese a ser realizado por personas distintas y en momentos diferentes, tiene un nexo común: sigue siendo el base que sale a ganar.
«Él está convencido de que va a ganar las elecciones, como ha estado convencido de que saldrían todos los proyectos de los que ha formado parte». Lo dice alguien que le conoce bien. Fernando Villabella, presidente del Oviedo Club Baloncesto y secretario general de la Cámara de Comercio de Oviedo, tiene muy presente al chaval que «jugaba a baloncesto en el Colegio San Ignacio de Loyola, en Oviedo».
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Un equipo «en el que coincidí con Canga, aunque él era más joven que yo». La amistad fue inmediata, porque «Diego era un gran jugador. Su puesto era de base y destacó. Fue el primero del colegio en pasar a jugar en Segunda División», recuerda.
«Porque le gustaba, y le gusta, mucho el deporte. De chavales montó una cancha en una parcela de La Tila, de la familia de Pili (entonces su novia) y todos los domingos por la mañana íbamos allí a jugar», confirma Pablo Álvarez de Linera.
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Europa y África
Abogado, como Canga, pero también economista, «yo iba por la mañana a Derecho y, por la tarde, a Económicas», Álvarez de Linera es uno de los amigos «de toda la vida» del candidato del PP. «Estudiamos juntos en el colegio, en la Facultad de Derecho y, después, estuvimos juntos, aunque él en Madrid y yo en Oviedo, en el mismo despacho de abogados».
Se le adelantó Canga en la boda, «fue el primero de la panda en casarse, a los 25, en la Catedral de Oviedo», a la misma a la que acudiría como padrino de boda de su hija Paula en 2022. «Fuimos unos chavales muy normales. Estudiábamos, hacíamos deporte, salíamos a tomar algo, pero todo muy tranquilo», asegura Álvarez de Linera.
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Muy tranquilo, pero que no evitó que el guaje Canga «saliera en la tele. Fue a participar en un programa que había de deporte juvenil. Lo hizo como corredor de atletismo», recuerda Villabella. «Iba en representación del colegio», confirma Álvarez de Linera «En realidad, le gustan todos los deportes», insiste Villabella, que descubre el, en su opinión, único fallo que tiene el candidato del PP. «Es del Barça. ¡Qué se le va a hacer! No podía ser perfecto», dice, entre carcajadas.
Fallo que no le encuentra su amigo de la infancia. «Con Diego es imposible discutir o enfadarse, es una persona muy dialogante», dice Pablo Álvarez de Linera. Han vivido ambos unas vidas paralelas que continua la segunda generación. «Mi hija Marta, que estudió Medicina, hizo unos cursos en Bruselas y Diego y Pili le abrieron las puertas de su casa. Mi hija y las suyas son grandes amigas».
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Una condición de anfitrión que conserva. «Todos los que estamos en el grupo de chat celebramos una comida mensual que vamos haciendo en las casas de cada uno. Diego y Pili son unos anfitriones maravillosos».
Quien lo dice ni fue con él al cole ni comparte generación ni, tan siquiera, actividad laboral. Begoña Fernández-Costales, presidenta de la Federación de Empresarias y Directivas de Asturias (FEDA) se encontró con Canga «por mi actividad en África».
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El hijo del veterinario que fue al Chad como especialista en enfermedades tropicales heredó la pasión de sus padres por el continente africano. «Ve futuro para las empresas asturianas y nos propuso una doble labor: empresarial y humanitaria».
De esa propuesta sale un grupo de trabajo «formado por varios empresarios» que, a la vez, 'apadrinan' a jóvenes africanos. «No se trata de hacer una donación y olvidarte. Cada uno apadrina a un joven y se hace cargo de sus estudios. En mi caso, soy la madrina de una chica que está estudiando Derecho», explica Fernández-Costales.
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Pone el acento ella en el carácter «solidario de su propuesta», ya que Canga no es empresario. «Está muy interesado en el éxito de Asturias». De ahí, «la creación de Compromiso Asturias XXI», recuerda Álvarez de Linera: «Diego siempre estuvo muy preocupado por el futuro de la región».
Al hilo apunta Fernando Villabella una anécdota: «Hace muchos años, en una de sus visitas a Oviedo, se dio cuenta de que en las paradas no había información automática de cada servicio. Pues fue al Ayuntamiento y no sé con quién habló, para contarle el sistema que tenían en Bruselas».
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Una forma de ser que confirma Fernández-Costales: «Se implica tanto en lo que propone, le pone tanta pasión y tanto optimismo, que es imposible no seguirle», asegura.
Para Fernando Villabella, esa es la característica que le define: «es un base nato», ya que el jugador que ocupa ese puesto en baloncesto es, en la práctica, un entrenador dentro de la cancha.
«Diego siempre sale a ganar, pero, ojo, siempre juega limpio. Busca el diálogo y el acuerdo». Y vuelve a la infancia: «En los partidos, él siempre ponía la tranquilidad, la calma. Cuando había alguna falta, iba rápido a hablar con el jugador afectado y le decía 'Tranquilo, no respondas, forzaremos que te hagan personal y la tiras tú'. Nunca se alteraba».
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Y tampoco lo hará ahora. De ello está convencido Pablo Álvarez de Linera. «Me sorprendió su paso adelante, porque la política es un arte complicado y Diego es, sobre todo, una buena persona y un buen jurista que conoce a fondo la Administración pública». Unas condiciones que sirven a su amigo para afirmar que «da este paso porque está convencido de que puede hacer algo bueno por Asturias». Un base en busca de la canasta política de tres puntos.
«Es el balón que me ha acompañado en mi vida»
No podía ser otra cosa. O sí. Realmente, a la hora de optar por un objeto que le represente o represente parte de él, Diego Canga podría haber optado por tantas cosas como polifacética es su vida.
Pero, es un balón de baloncesto, «el que me ha acompañado en mi vida», el objeto que considera le representa y con el que juega «los pocos ratos libres que tengo».
No está claro cuándo fue la primera vez que botó uno de esos balones, con su clásico color anaranjado, pero seguro que fue en el Colegio San Ignacio de Loyola, de Oviedo, donde cursó sus estudios. Allí se convirtió en el base del equipo de baloncesto escolar y pronto destacó por su buen hacer.
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Tanto que fue el primero del centro en fichar para jugar como profesional en Segunda División. Lo hizo con el CAU, actividad que compaginó con sus estudios. No se convirtió el baloncesto en su vía laboral, pero sí ha marcado, bote a bote, su trayectoria vital. Una trayectoria que ahora quiere cambiar, voto a voto.
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