El candidato de Ciudadanos. José Carlos Fernández Sarasola, frente al espejo. ARNALDO GARCÍA

El ingeniero inquieto que escribe en latín y practica boxeo

José Carlos Fernández Sarasola. Ávido lector y «friki de la tecnología», afronta esta tercera cita electoral consecutiva como cabeza de lista de Ciudadanos «con ganas y mucha ilusión»

LAURA MAYORDOMO

Domingo, 30 de abril 2023, 01:18

El día después de las elecciones, ocurra lo que ocurra, en casa de José Carlos Fernández Sarasola habrá celebración. Porque el 29 de mayo cumple ... 56 años este ingeniero inquieto, «friki de la tecnología», ávido lector y deportista nato que, siempre que tiene ocasión, presume de ser grupista. Hijo de dos profesores -su padre, de Matemáticas y Física; su madre, de Lengua y Literatura y Francés-, aprendió de ellos muchas lecciones. Las más importantes: las de la responsabilidad, la seriedad, la sensatez y el sentido común que trata de aplicar en todos los aspectos de su vida.

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INFANCIA. Foto de 1968 con su bisabuela Dolores, que falleció con casi 95 años (él tenía 14) y que le cuidaba mientras sus padres trabajaban.

De ellos heredó también el gusto por la lectura. Más que gusto obsesión, capaz como es de simultanear la lectura de varios libros. Y de hacerlo «a una velocidad inusitada», constata su hermano, tres años menor. Colecciona además revistas de temática variada, desde divulgación científica a Historia. Y cómics. «Donde él está siempre hay una buena conversación», garantiza su compañero de partido Manuel Iñarra.

JUVENTUD. Fernández Sarasola, en Ucrania, en 1988, en su primer viaje de estudios como alumno de la Escuela de Ingenieros Industriales de Gijón.

Desde bien pequeño, otra de sus mayores aficiones ha sido el deporte. Ha practicado casi de todo: baloncesto (jugaba de base), natación, balonmano, tiro con arco, pádel... «Y, sin ser un crack, en todos ellos da la talla», certifica Ignacio Fernández Sarasola. Aprovechando la cercanía con su domicilio actual, en el barrio de La Arena, suele salir a correr por el Muro, o directamente por la playa de San Lorenzo, su rincón favorito de Gijón, en el que podría estar horas deleitándose con los sentidos. Hace tres meses descubrió el boxeo, deporte que practica en el Grupo Covadonga y le tiene completamente enganchado. «Es el mejor ejemplo de 'mens sana in corpore sano'», dice su hermano utilizando una expresión en latín como las que José Carlos emplea siempre para titular las fotos que sube a sus redes sociales. Porque en la fotografía, siempre con su móvil -el último modelo de iPhone-, tiene el candidato de Ciudadanos otra de sus válvulas de escape.

TRABAJO. Como concejal, en el año 2016, entregando una distinción al Sporting que recogió su ídolo Enrique Castro 'Quini'.

En una familia en la que la mayor parte de sus miembros se dedican a la docencia -su hermano es catedrático de Derecho Constitucional, tiene varios tíos y primos profesores y su hija estudia Educación Infantil-, a Sarasola siempre le inculcaron que su trabajo era estudiar y aprobar. Sin premios ni recompensas. Es la misma regla que aplica con sus hijos, de 15 y 19 años. Concluido el bachillerato en el Instituto Jovellanos, él, que siempre había sido «muy de ciencias», se encaminó a la ingeniería industrial. Especialidad de Electrónica y Automática.

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Cinco años en Barcelona

A lo que hoy es la Escuela Politécnica de Ingeniería llegó con un grupo de cuatro o cinco amigos del instituto, pero enseguida amplió el círculo de amistades. «Es una persona muy sociable, de hacer grupo, que se lleva bien con casi todo el mundo», le describe Ángel Díaz Victorero, antiguo compañero de trabajo -Sarasola fue su jefe en Telefónica- y aún hoy buen amigo.

Con el título ya bajo el brazo, su primera experiencia laboral fue en Siemens. Después trabajó como jefe de ventas para empresas en Moviline (Telefónica) y dirigió la delegación de la empresa de trabajo temporal Ecco (hoy Adecco) en Gijón hasta que, en 1999, consiguió una plaza en Telefónica que le llevó a Barcelona. Allí estuvo casi cinco años.

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A su vuelta a Gijón, en 2003, como jefe de ventas de grandes clientes, demostró su capacidad de «formar equipo» y de saber tomar decisiones «de consenso, sin actitudes autoritarias» porque, subraya Díaz Victorero, «es de ese tipo de personas que procuran evitar el conflicto y las confrontaciones».

Es, además, «sumamente desprendido y muy generoso» y «para bien o para mal, extraordinariamente sincero», tal y como le ve su hermano menor, para quien José Carlos -'Jota' para sus más allegados- ha sido desde siempre «un referente».

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La admiración es mutua. El candidato a la Alcaldía por Ciudadanos reconoce sentir auténtica envidia cuando oye hablar a su hermano. Esa facilidad de palabra que a él, ahora ya no tanto, le faltaba en sus primeras intervenciones públicas -que no fueron en política sino como responsable de Telefónica- o a la hora de escribir algún artículo. Es entonces cuando pide ayuda a su hermano.

El paso a la política lo dio ya retornado a Gijón tras aquellos años de éxodo laboral en Barcelona, donde había tomado contacto con la incipiente formación de Albert Rivera. Fue uno de los fundadores de Ciudadanos en Asturias y la cabeza de cartel en Gijón en las elecciones de 2009, en las que Ciudadanos logró un único concejal. Repitió como candidato cuatro años después y lo volverá a hacer el próximo 28 de mayo en una cita electoral que afronta «con ganas y mucha ilusión».

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«Leal y comprometido con el partido», en estos años no ha dejado de asumir responsabilidades en la formación naranja. La más reciente, en enero de este año, cuando entró en la ejecutiva nacional de Ciudadanos. «Es muy valorado dentro del partido porque es una persona que siempre suma», dice Manuel Iñarra, líder de la formación en Asturias y candidato a la presidencia del Principado. «En el plano político destaca su vocación de servicio público. Por su trayectoria profesional, conoce bien los problemas del día a día, tanto a nivel administrativo, empresarial y social», anota Iñarra. Tras ocho años «maravillosos» como concejal de Ciudadanos, José Carlos Fernández Sarasola espera poder sumar «cuatro años más». Si no es posible, tiene claro que seguirá en el partido y volverá a la empresa privada. Porque «a la política tienes que venir habiendo trabajado y con posibilidades de volver a trabajar, para que te ate lo justo».

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