De la banca a la Alcaldía pasando por el Centro Asturiano
Alfredo Canteli. Discreto, ordenado, trabajador y exigente; mira fijamente a los ojos y presume de su amor por su mujer, sus hijos y sus dos nietos
RAFAEL FRANCÉS
Domingo, 7 de mayo 2023, 02:38
Habla y te mira a los ojos; directamente, sin torcer la mirada. Incluso te escruta. La verdad es que a Alfredo Canteli Fernández (Prado, Terverga, ... 1946) no se le puede acusar de no prestar atención a lo que le dicen porque la presta toda. Es el propietario de una expresiva mirada de ojos claros que adorna con la fortaleza que le dan sus cejas, con las que también sonríe cuando sonríe y causa respeto cuando frunce el ceño. Con merecida fama de trabajador, serio para sus cosas y las de los demás, lleva cuatro años de alcalde tras irrumpir en la política después de muchos años de cortejos por parte del PP y también en alguna ocasión de Foro -cuando Foro era completamente de Francisco Álvarez-Cascos y se llamaba FAC-.
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Cercano, bastante campechano, correcto, un poco «dandy», ordenado (prueba de ello es el pelo engominado donde cada cabello esta en su sitio), padre, abuelo, poco político y muy enamorado de su mujer, Marta Suárez. Se casaron en 1970, después de haber cortejado durante un tiempo por la calle Uría, «donde nos conocimos y yo la esperaba a que saliera de clase de Magisterio. Cuando la vi por primera vez pensé que era para mí y hace de esto más de cincuenta años».
Alfredo Canteli se crió en Teverga, en la parte alta, en Prado. Hijo de Octavio, maestro nacional, y de Emilia, que cuidaba de siete hijos (Susana, Mari Fe, Alfredo, Maruja, Elisa, Víctor y Merche, por orden de edad) y de un bar-tienda «de los que tenían de todo». Dejó Prado a los 14 años para bajar a Teverga, donde «mi padre coge la escuela de San Martín y con mi madre, que era una estupenda cocinera, pone el restaurante Montblanc».
Tiene dos hijos, Alfredo y Alberto, y dos nietos, Adriana y Alberto, que son «mi debilidad». Aunque, ensalza, la relación con «mis hijos es muy especial. Cuando los miro crezco dos palmos y no sólo son mis hijos, también mis amigos. De hecho, ya llevamos cinco finales de Champions ganadas por el Real Madrid viajando juntos para disfrutarlas». No hace falta ni que lo diga para darse cuenta de que el alcalde es «merengón».
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A los 11 años se marchó interno a Valladolid, al colegio Nuestra Señora de Lourdes. «Lo recuerdo con cariño y cuando vengo de Madrid paro a veces a comer en Valladolid y me acerco al colegio para recordar». El Preuniversitario lo hizo en Oviedo, en Los Dominicos, y de ahí a la Escuela de Minas, la que hoy defiende de su traslado a Mieres, para ser ingeniero. «No supe esperar y me presenté a unas oposiciones al antiguo Banco de Gijón y saqué la plaza. Todo ello contra el criterio de mi padre, cuya ilusión era que fuera ingeniero de Minas».
De ahí a la Banca Coca y por absorción llegó a Banesto. «Banesto me lo dio todo y lo conseguí todo». Empezó como director de oficina en la calle Ramiro I, pasó a Palacio Valdés y de ahí a la calle de Santa Cruz, la central en Oviedo, donde fue director de oficina, de zona y regional. «Puedo decir que soy amigo de Mario Conde, fui nombrado director regional por él. Sabía mucho de la banca, mucho, mucho; era brillante pero creo que se equivocó y lo pagó». «Si diera marcha atrás en mi vida hubiera hecho lo mismo (dejar Minas y entrar en la banca), porque he sido muy feliz. He ayudado a mucha gente y me ha ayudado muchísima gente y, todo ello, sin salir de Oviedo».
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Canteli se prejubiló en 2002. Baldomero Argüelles, militar retirado y exdelegado de Defensa en Asturias, buen amigo, lo define: «Es un líder capaz de aglutinar a un equipo y llevarlo donde sea. Buen gestor, diría que magnífico. Como amigo es muy bueno y, además, una persona entrañable».
Opinión similar la de José Ramón Prado, concejal de Seguridad Ciudadana pero amigo mucho antes de las veleidades políticas de ambos: «Hace cuarenta años que lo conocí siendo profesor de sus hijos. Es muy familiar, muy enamorado de su mujer, buen amigo que se hace querer, incansable, con una gran capacidad de trabajo y una cabeza privilegiada para los números, principalmente».
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«Como amigo es magnífico y, además, como persona es entrañable»
Baldomero Argüelles
Amigo
«Sabía que sería el alcalde gestor perfecto para Oviedo, sin duda»
Diego Canga
Candidato del PP
«Es muy familiar, muy enamorado de su mujer e incansable en el trabajo»
José Ramón Prado
Concejal
Amistades granjeadas durante una vida que tiene una segunda pata de banco, digamos laboral, el Centro Asturiano: «Trabajé años allí por las tardes de la mano del gran Luis Riera, llevando las cuentas mientras me dedicaba a la banca, y ya cuando me prejubilé me pararon algunos socios en la calle para pedirme que me pusiera al frente del club, que estaba en quiebra. Fui para cuatro años y estuve veinte pasando de una quiebra al máximo nivel como club».
Y la tercera pata del banco, junto a Banesto y el Centro Asturiano, es la actualidad, la política. «Me llamó Teodoro García Egea el 3 de enero de 2019 y el 11 me estaban presentando en el Reconquista. Nunca dije que no a la oferta, puse condiciones pero realmente nunca dije que sí». Una de las condiciones era que la lista electoral la hacía él, se la aceptaron, y así se mantiene ahora en 2023.
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Fue una campaña larga «que me valió para patear Oviedo de cabo a rabo, siempre acompañado de mi gente». Cuando recuerda estos últimos cuatro años se siente orgulloso de lo hecho, «aunque podía haber sido más si no hubiese sido por la pandemia», y defiende el pacto con Ciudadanos porque «funcionó perfectamente».
Ha encontrado en Diego Canga, candidato al Principado por el PP, un compañero político que se deshace en elogios con él: «Sabía que sería el alcalde gestor perfecto para Oviedo. Es el que ha recuperado la sensatez tras el tripartito. Tiene la experiencia de gestión necesaria y ahora también un conocimiento más amplio del Ayuntamiento».
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Canteli es agradecido y recuerda que «Oviedo me dio todo: familia, economía, triunfo profesional y muchos amigos».
Con la sensatez por bandera, este hombre familiar, cercano, correcto, no exento de mal genio y con mucho sentido común, afronta una segunda etapa al frente del Ayuntamiento si los ovetenses aprueban en las urnas el trabajo realizado durante los últimos cuatro años.
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