Riesgo y nuevos valores para un FICX que resiste ante la pandemia

Apuntar y dar en la diana. En esa diana-ojo que, desde hace años, identifica al Festival de Cine de Gijón y que este año desaparece del cartel oficial, que firma Marcos Recuero, para centrarse en el otro lado, en el lanzador: un dardo atraviesa una silueta femenina y ese ojo que busca en Gijón nuevas experiencias cinematográficas. Las circunstancias obligan, pero la maquinaria no se para. Una edición mixta entre lo presencial y las retransmisiones a través de la web permitirá asegurar un corazón central de 30 películas que participarán en las secciones oficiales. Todo está aún por concretar: falta saber el número total de películas y proyecciones, las salas donde se celebrará el 58 FICX y si la situación de la pandemia permitirá abrir las salas. «En cualquier caso tenemos un plan B para celebrar el festival de forma virtual si fuese imposible abrir las salas», explicaba su director, Alejandro Díaz Castaño, en el primer avance de la programación.

Las fechas están marcadas, del 20 al 28 de noviembre, y los anzuelos tirados. «Seguimos trabajando en la selección de películas, pero hay más de 1.500 propuestas que quieren participar», confirmaba Castaño. El proceso de selección de este año está dirigido por Fran Gayo, que estrena papel de programador y se incorpora al equipo del FICX. «Esta es una edición de apuesta y descubrimiento, buscar nuevos nombres sin olvidar la esencia del festival y a los autores que pasaron por aquí y ahora ya están consolidados», detalló. Y para ello nacen tres nuevas secciones: Retueyos, que será la más innovadora, la que apueste por nuevos realizadores, nuevos lenguajes. Albar, que pondrá su foco en esos autores que ya estuvieron en el FICX y ahora brillan por los festivales. Y Tierres en trance, que se centra en el cine portugués y en el que se hace al otro lado del charco. «Hablar ahora de cine independiente es más hablar de Sudamérica que de Estados Unidos. Allí es donde, con muy pocos subsidios y medios, se está haciendo el cine más atrevido», apuntaba Gayo.

Y hacia Portugal y Argentina mira también esta edición del FICX, la de «las mujeres, el Black Lives Matter y la cultura segura», pues los dos primeros focos anunciados ofrecerán una selección «corta» -como parece que todo tendrá que ser este año- de trabajos de la portuguesa Leonor Teles, que a sus 24 años ya cuenta con un Oso de Oro al mejor documental en el Festival de Berlín de 2016, y la argentina Ana Katz, que ya ha sido reconocida por el público en el Festival de Sundance. Y como aperitivo, siete títulos: 'Breve miragem de sol', de Eryk Rocha, un viaje por la sociedad brasileña a través de los ojos de un taxista; 'La fortaleza', de Jorge Thielen, que retrata la convulsa situación de Venezuela; 'Entre perro y lobo', de Irene Gutiérrez, que mezcla creación y documental durante un fin de semana en una montaña cubana marcada por la guerra; 'Transoceánicas', de Meritxell Cotell y Lucía Vasallo, una correspondencia cinematográfica entre Barcelona y Buenos Aires; 'Vaca mugiendo entre ruínas', del asturiano Ramón Lluís Bande, que repasa las últimas decisiones de Belarmino Tomás al frente del Consejo Soberano de Asturias y León; 'Shirley', de Josephine Decker, un 'biopic' en torno a la vida de Shirley Jackson, autora de 'La maldición de Hill House'; e 'Isabella', de Matías Piñeiro, otra de las adaptaciones que este cineasta argentino hace de las obras de Shakespeare.

Y aunque no habrá cocktail de bienvenida ni fiesta de clausura, y la alfombra roja se verá reducida al mínimo -siendo sustituida por intervenciones de autores en las salas a través de la red-, la música no para. Para ello, se contará con la colaboración del Gijón Sound Festival, que este año se hará coincidir con el FICX para que sirva de entorno musical a la cita cinéfila. Y también habrá una exposición dedicada al artista coruñés Alberto Vázquez, que cuenta con tres premios goya por su trabajo en el cine de animación. «Este será un año distinto para el festival, como lo es para la ciudad y para todo el mundo, pero va a ser un gran festival», prometió Lara Martínez, gerente de Divertia. Tanto ella como el director del certamen explicaron que se solicitará a a las autoridades sanitarias del Principado autorización para celebrar una edición que se ajuste a los aforos de los espacios elegidos -aún por concretar- y en la que será necesaria la inscripción previa en la mayoría de las actividades, pero que «obligará a reducir el número de proyecciones, porque las tareas de limpieza y ventilación no nos permiten mantener el ritmo habitual», explicaba Díaz Castaño. Como ejemplo: de las cinco proyecciones diarias del Jovellanos tendrá que pasarse a tres. «Compensaremos esa circunstancia con proyecciones 'online' de algunas películas, que primero se estrenarán en las salas», avanzó el director. El número final de proyecciones dependerá de las salas con las que se cuente. «Llegaremos hasta donde podamos», anunciaba el director. El caso es dar en la diana, aunque tengamos menos dardos.