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El firmamento de las estrellas Michelin en Asturias se mantiene estable

El firmamento de las estrellas Michelin en Asturias se mantiene estable

Guía Michelin 2020 ·

Los ocho restaurantes con estrella Michelin mantienen sus brillos por quinto año consecutivo: Casa Marcial tiene dos estrellas y Casa Gerardo, El Corral del Indianu, Real Balneario, Auga, La Salgar, Arbidel y El Retiro, una. La historia asturiana en la guía no siempre ha sido tan estable

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Miércoles, 20 de noviembre 2019

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El universo asturiano de Michelin se queda igual tras la gala celebrada este miércoles en Sevilla en la que se presentó la edición de 2020. Ocho restaurantes del Principado atesoran nueve estrellas: Casa Marcial tiene dos y Casa Gerardo, El Corral del Indianu, Real Balneario, Auga, La Salgar, Arbidel y El Retiro, una. Así lleva siendo un lustro. La última fiesta Michelin en el Principado fue la que celebró Ricardo Sotres tras saber que su restaurante El Retiro (Pancar, Llanes) había logrado su primer brillo. Ocurrió el 19 de noviembre de 2014. Van cinco años de sequía que aún distan, y mucho, de los ocho que pasaron entre que la consiguió Pedro Morán (1991) y lo hicieran Nacho Manzano y Alejandro Urrutia. Aquel año 1999 en que Asturias tenía tres brillos marcó una subida ascendente que ahora parece haberse ralentizado.

La historia de Asturias en la guía Michelin está plagada de subidas y bajadas, de años en los que el Principado se colocaba en la cúspide con nuevos y variados brillos, frente a periodos en los que la luz tan solo se mantenía o, incluso, se apagaba. No todos pueden presumir de mantenerse siempre arriba. Los únicos que pueden hacerlo en el presente en los límites del Principado son Casa Gerardo (Prendes, Carreño), Casa Marcial (La Salgar, Parres) y El Corral del Indianu (Arriondas), que llevan 29, 22 y 21 años, respectivamente, apareciendo en la publicación.

De izquierda a derecha, Elio Fernández (restaurante Ferpel), Marcos Granda (Skina, Clos y Ayalga), Viri Fernández (El Llar de Viri), José Antonio Campoviejo (El Corral del Indianu), Graciela Blanco (viceconsejera de Turismo de Asturias) y Jesús Sánchez (nuevo tres estrellas Michelin en Cenador de Amós).
De izquierda a derecha, Elio Fernández (restaurante Ferpel), Marcos Granda (Skina, Clos y Ayalga), Viri Fernández (El Llar de Viri), José Antonio Campoviejo (El Corral del Indianu), Graciela Blanco (viceconsejera de Turismo de Asturias) y Jesús Sánchez (nuevo tres estrellas Michelin en Cenador de Amós).

La primera edición de la guía apareció en Francia en agosto de 1900. Los precursores de este manual, inicialmente gratuito, fueron los hermanos André y Edouard Michelin, fundadores de una empresa de neumáticos. En su origen, la publicación incluía un gran número de información práctica para viajeros en coche: mapas de carretera, instrucciones para cambiar una rueda y puntos para repostar, comer y dormir, entre otras cuestiones. No había 'smartphones' que resolvieran estas dudas en pleno viaje, ni siquiera había teléfonos móviles con los que hacer una llamada clásica para salir del parieto. Los primeros restaurantes independientes aparecieron en la edición de 1923. Más tarde llegó su calificación por estrellas y, en 1936, se publicaron los criterios aplicados para la concesión de dichos galardones. Ahí se empezó a estandarizar el asunto.

En 1910 se editó la primera 'Guía Michelin de Hoteles de España & Portugal', si bien entonces no era una publicación anual ni se esperaba con tanta expectación como ahora. Debido a la guerra civil y al posterior periodo franquista, el libro no se publicó a este lado de los Pirineos entre 1938 y 1952. Incluso luego y hasta bien entrados los años 70 era muy difícil hacerse con un número.

Asturias aparece por primera vez en sus páginas en 1974. Fue Luis Gil, del restaurante Casa Fermín (Oviedo), el encargado de sacar la cabeza y demostrar la calidad gastronómica de la región. Lo hizo durante 23 años, hasta 1997, cuando los inspectores de la Michelin decidieron quitarle la estrella. En 1986, se sumaron Los Hórreos (Gijón) y Trascorrales (Oviedo), que contaron con el beneplácito de la guía hasta 1994. O sea, que en los últimos 80 ya había tres establecimientos coronados en el Principado. En 1991 se sumó Casa Gerardo, cuando entonces estaba a su mando la cuarta generación.

La alta restauración española empezó a despuntar entre finales de los 90 y los primeros 2000. Lo mismo pasó en Asturias, donde solo Casa Gerardo resistió a unos años 90 difíciles marcados por una crisis económica. Hasta el 99 no hubo nada que celebrar en el Principado, si bien ese año la fiesta fue doble: Paco Ron con La Taberna de Viavélez, en el concejo del occidente, y Nacho Manzano con su Casa Marcial empiezan a aparecer en la publicación. La constelación particular de Manzano aumentó en 2010 cuando consiguió la segunda estrella. No ha sido el único cocinero asturiano con oficio en la región en ser 'biestrellado', pero sí el único que lo ha logrado ser en un mismo restaurante. Paco Ron, por su parte, la perdió en 2005 y a principios de 2008 abrió Viavélez en Madrid, donde aún sigue.

Los 2000 han sido los años más fructíferos para Asturias cuando se trata de reconocer la buena cocina. Estrenó el milenio José Antonio Campoviejo en su restaurante El Corral del Indianu, pero el mayor 'boom' nunca visto en la región llegó en 2004. Ese año se suman a la guía L'Alezna de Pedro Martino (Caces, Oviedo), Paladares de Alejandro G. Urrutia (Gijón) y La Solana (Gijón), con Gonzalo Pañeda (cocina) y Antonio Pérez (sala) al frente. Estos últimos se mudaron a El Puerto, hoy Auga, en 2011 y dos años después recuperaron la distinción. Entonces y desde 2005 ya aparecía en sus páginas el Real Balneario de Salinas, de Isaac Loya. Koldo Miranda dotó de una estrella Michelin a su restaurante de La Cruz de Illas en 2007, el mismo año que Alejandro Urrutia logró su segundo brillo, el primero para su local Gallery, sito en Gijón. Perdió ambas dos años después por el cierre de sus negocios. En 2010 abrió otro restaurante en la villa de Jovellanos, AgU, y en 2013 lo dotó de un lucero que le duró 365 días. La concesión más fugaz en la historia asturiana. L'Alezna perdió la suya en 2008 y en 2012 lo hizo Koldo Miranda.

Esther Manzano (La Salgar, Gijón) y Jaime Uz (Arbidel, Ribadesella) llegaron en 2014, un año antes de que lo hiciera Sotres.

Decía Stephen Hawking que el universo no es infinito. Con el gastronómico pasa lo mismo, pero cinco años de sequía en Asturias hacen parecer lo contrario.

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