El José Andrés más solidario

El José Andrés más solidario habló alto y claro ayer en Valencia, donde recibió un homenaje en el Ayuntamiento como Embajador internacional de la paella. El chef asturiano afirmó que el deber de los países ricos –entre los que incluyó a Estados Unidos y España– es «invertir en los más pobres» y que en la política migratoria del siglo XXI debe imperar el «pragmatismo»: se debe luchar «por aquellos que no conocemos de la misma forma que luchamos por los nuestros». Un mensaje que llega justo el día después de que un partido que predica justo lo contrario haya ganado protagonismo de forma espectacular en el tablero político nacional.

Se refirió también a la política migratoria del presidente de Estados Unidos, Donald Trump. En su opinión, todo país «tiene que proteger sus fronteras y sociedades», pero precisó: «Nadie quiere que otro entre en su casa, todos queremos proteger a nuestras familias, pero hay una realidad de la que no podemos escapar; si uno solamente se preocupa de sí mismo y de los suyos y no del que está al otro lado, tarde o temprano te va a afectar». Cree el cocinero que «si quiero dejar un futuro mejor para mis tres hijas va a ser no solo invirtiendo en ellas, en que a mí me vaya bien, sino también haciéndolo en aquellos a los que no les va tan bien», recomendó. En su opinión, España y Europa deben destinar fondos a los «países del norte de África, que lo están pasando mal» y añadió que «igual hay que dejar de importar tanto de China y apostar más por los países de nuestro entorno».

Tras recordar que él mismo es inmigrante, afrimó que lo mejor que puede hacer Estados Unidos es que le «vaya un poco mejor» a países como México, Guatemala, El Salvador o Haití, porque «en el momento en que esos países van mejor, no vas a tener ningún problema en la frontera. Creo que el deber de los países más ricos en invertir en los países más pobres, es ley de vida», insistió el chef, para quien defender este tipo de políticas «no es ser de derechas o de izquierdas, es ser simplemente un ser humano pragmático». Según ha dicho, esto puede aplicarse en todos los lugares, incluida España: «No puede ser que en momentos de crecimiento estemos dejando que lleguen –inmigrantes– porque nos ayudan en la construcción, el campo y a cubrir puestos de trabajo que a lo mejor ningún español quiere y, en el momento que la economía no va tan bien, ya no los queremos. No se puede mirar para el otro lado cuando nos interesa ni querer echarlos a todos cuando no nos interesa». Recordó José Andrés que Donald Trump, cuyas políticas sobre inmigración rechaza, ha tenido en sus bodegas «inmigrantes, muchas veces indocumentados, y sabemos que su gran edificio en la Quinta Avenida, en su momento, lo construyeron con un montón de trabajadores polacos sin papeles».

Explicó que él trabaja para mejorar ese tipo de situaciones a través de la ONG que ha fundado, World Central Kitchen, con la que lo mismo intenta dar de comer en Tijuana a los migrantes y refugiados que «están esperando, al menos, que les den una respuesta» en la frontera con EEUU que ayuda en Guatemala a la gente del campo que está perdiendo sus cosechas por los efectos del cambio climático. «Es lo mínimo que se puede hacer», explicó.

El cocinero asturiano evocó sus inicios en la cocina en el entorno familiar. Según su relato, comenzó a hacer paella en Estados Unidos junto al cocinero valenciano Rafael Vidal y ese plato se convirtió «en el corazón del restaurante».