Originales ensaladillas rusas 'made in' Asturias
Pistas para disfrutar de una de las reinas y señoras de la barra más allá de la versión clásica
Si la cuchara es también para el verano, la ensaladilla rusa se reivindica en los meses fríos del año. Adentrado el otoño, el plato se mantiene en las cartas de diversos restaurantes asturianos, prueba irrefutable de su éxito entre la clientela. A menudo convertida en uno de los 'best seller', es difícil encontrar dos ensaladillas rusas iguales.
Los ingredientes canónicos son de sobra conocidos -zanahoria, huevo, patata, mahonesa, atún y aceitunas- pero las versiones se suceden, incorporando invitados a la fiesta soviética, sustituyendo por ali oli la salsa…. En ocasiones, las interpretaciones triunfan y si no mejoran la receta inicial -la mejor ensaladilla de España es la más clásica- permiten disfrutar de una forma distinta, aportando nuevos matices y haciéndola experiencia del comer más divertida.
No siempre es así y un grupo de entusiastas de la receta ha creado el Observatorio de la Ensaladilla Rusa, cuenta de Instagram donde reniegan de mezclas y presentaciones imposibles que, con el propósito de una innovación mal entendida, desvirtúan y empeoran el plato. Al menos, para los miembros fundadores del grupo.
Los atropellos cometidos en pos de la creatividad merman la curiosidad por probar versiones alternativas pero las hay que merecen mucho la pena. Un ejemplo: el asturiano Pello Noriega ganó el Premio a Mejor Ensaladilla de España 2022 con una receta en la que la patata no se cuece. Se asa al horno y se convierte en cremosa propuesta acompañada de pimientos del piquillo confitados, aceitunas, aove, vinagre, cebollino, ventresca y piparras.
A la final del certamen llegó el año pasado el restaurante Pandora, de Avilés, con una alternativa que incorpora bogavante. Otras 'rarezas': la patata se cuece en un caldo de garbanzos, incorpora una vinagreta de cebolla y de pimiento, unos puntos de ají amarillo y una hoja de curry frito.
La ensaladilla rusa de Los Caracoles de Viavelez, restaurante emplazado en el barrio de Cimadevilla, también es de campeonato. Su cocinero, Manu Bedia, se inspiró en ella en Gijón de Pinchos. La receta rellenaba su 'Bomba atúnica', un panipuri que lleva al universo de la gastronomía en miniatura un clásico de su carta. Directos a la final del certamen.
Su propuesta destaca por la frescura y los toques cítricos de la lima; también porque la corona un tarta de atún rojo 'Petaca Chico' de almadraba. Acompañan las huevas de trucha, el sésamo de wasabi, el cebollino, la cebolla morada y, por supuesto, la patata, el huevo, la zanahoria y le maíz.
Las piparras acompañan distintas versiones, entre ellas la que sirve Nacho Manzano en Gloria, plato que inauguró entre otros la oferta gastronómica del restaurante más informal del chef biestrestallado diez años atrás y que se ha hecho fuerte en la carta acompañado de su «mayonesa canalla».