Noori con el equipo de su sidrería gijonesa. JUAN CARLOS ROMÁN
Gijón

Restaurante La Entrelluxa

Vivió los días más duros de rusos y talibanes. Emigró a Londres. Y ya cocinero, el amor le trajo aquí de vacaciones. Veinte años después pasa por playu

Sábado, 21 de septiembre 2024, 02:00

Noori nació en Afganistán, ese lejano país que nos hace pensar de inmediato en guerras, talibanes, burkas y sharia. Pero cuando vino al mundo, al inicio de la década de los ochenta, aún era una sociedad feliz y acogedora que encontrábamos los occidentales camino de la India y Nepal. Todo lo fastidió, entre otros, Rambo III. Y ahí sigue el integrismo. Nuestro cocinero y luego chigrero, logró irse a Londres, y en la capital británica siguió alternando la escuela de cocina con su práctica. Ya titulado, mientras trabajaba en un restaurante de la City, conoció a una asturiana que le invitó a conocer nuestra región: «Y visité, quedé, marché, lo pensé y volví, pues encontré en Gijón mi lugar perfecto para vivir y trabajar; de hecho tengo tres hijos gijoneses y me identifico plenamente con el carácter abierto, alegre y fraternal de mis vecinos y clientes», remarca Noori.

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La Entrelluxa (Gijón)

  • Dirección: Calle Manuel Rodríguez Álvarez, 7 (Gijón)

  • Teléfono: 984 49 16 06

  • Propietario y cocinero: Jonad Noori

Ya aquí, buscó faena con el título bajo el brazo que de poco le servía. Pero la parrilla Los Sauces de Avilés («dadme una oportunidad, si sirvo decidís, y de lo contrario me voy y tan amigos») supo que había cantera. Y tan bien lo hizo que pasó allí varios años aprendiendo y demostrando, hasta que se vio capaz de llevar familiarmente este otro chigre con nombre de islote próximo.

Rey al horno

Para 2 comensales:

1 rey de kilo y pico, un ajo, una cebolla, dos patatas, un ramín de perejil, una copina de vino blanco, fumé, aceite de oliva y sal.

1. Desescamamos, limpiamos y evisceramos el rey. 2. Lo abrimos en libro. 3. Ponemos oliva en una sartén y picamos la cebolla.

5. Sofreímos hasta que tome un poco de color.

6. Tras escurrirla la depositamos en una fuente de horno.

7. Apagamos el fuego reservando la sartén y el aceite.

8. Pelamos las patatas, que cortamos en panadera, salándolas discretamente.

9. Volvemos a calentar el aceite de la cebolla con fuego vivo.

10. Echamos un ajo partido y, cuando dore, lo retiramos distribuyendo las patatas.

9. Nada más que hinchen y tomen algo de color las sacamos, escurrimos y distribuimos sobre la cebolla, de la fuente o besugera.

10. Colocamos el rey abierto en libro con la piel para abajo y la carne para arriba.

11. Empapamos esa carne y las patatas con un chorro de fumé y un chorrín de aceite.

12. Metemos en el horno a 180º unos veinte minutos. 13. Transcurridos los cinco primeros minutos abrimos un segundo la puerta para añadir el vino blanco seco. 14. Comprobado el punto (rosadín en el fondo de la carne) sacamos y servimos en la misma besuguera.

Aparte de un completo y económico menú diario, y de unas chuletas y chuletones de angus madurados y tiernos, sirve en punto de plancha cuanto le llega recién rulado de las cercanías, o vivo y danzante dentro de los tanques marisqueros. O sea: navajas, almejas, zamburiñas, bugre (¡que arroz!), ñoclas, chipirones y bien con su ajada, bien con su salsa, del rubiel al besugo, y de las sardinas al bonito (y loricios y percebes cuando toca, que temporadas da el año.

Noori domina el vacuno, su calor y punto, también los platos de cuchara, los arroces y las verduras: los afganos son maestros en cultivos y pastoreo, casi hasta los inventaron. Pero que nuestro amigo demuestre tanta gracia y tanto arte pesquín tiene mérito viniendo de un país sin salida al mar. Claro que veinte años entre nosotros, los que ahora cumple, le pasaron de ayudante a chef.

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