Los propietarios del restaurante, Carmen Pérez y Manuel Cortizo, en el salón. JESÚS MANUEL PARDO
FELECHOSA (ALLER)

Restaurante Peña Pandos

Platos de kilómetro cero mucho antes que tal concepto se acuñara, hechos según tradición familiar, y servidos según la estricta hospitalidad allerana

Jueves, 28 de julio 2022

Peña Pandos es una pica puntiaguda y brava que se ve frente al edificio. Los edificios, mejor dicho, casas con buhardillas montañesas que fueron cuadras y ahora, habilitadas por los dueños piedra a piedra, ladrillo a ladrillo y viga a viga, ofrecen terrazas serenas. chigre ameno, comedor amplio y habitaciones colgadas del paisaje allerano, vertical de majadas y rocas. Arriba queda el puerto de San Isidro, refugio de esquiadores confiados en que el cambio climático no repare; abajo la cuenca del Caudal con el recuerdo de una minería pujante reducida a ruinas industriales.

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Restaurante Peña Pandos

  • Dirección: Carretera general San Isidro (Parte Alta)

  • Teléfono: 630 94 95 98

  • Cocina y sala: Manuel Cortizo Revuelta y Carmen Pérez Álvarez

  • Descanso: Ningún día

  • Menú (café incluido) laborales: 12 euros

  • Menú sábado y domingo: 20 euros

  • Sidra: Peñón

Minero fue precisamente Manuel, de Felechosa. Tras un accidente laboral ejerció de ganadero y hostelero acompañado por Carmen, de Casomera, dos alleranos que tuvieron primero bar y casa de comidas en Retriñón, y luego rehabilitaron el que nos ocupa con el deseo, plenamente conseguido, de ofrecer callos soberbios, cabritos jugosos y tiernos, fabes y potes capaces de resumir la sabiduría de la comarca en ambas asignaturas, carrilleras de ternera y rabos de toro seductores del más exigente paladar y picadillo casero.

Cabritu allerano

Ingredientes

1,5 kilos en trozos grandes y jugosos de cabritu; 2 dientes de ajo; 2 cebollas; 1 pimiento morrón verde; 1 ramín de perejil; 2 guindillas; vino blanco; aceite de oliva extravirgen; pimienta y sal.

1. Doramos los trozos de cabrito en aceite de oliva extravirgen muy caliente y los retiramos a una tartera.

2. En el aceite de la fritura, con el fuego ya al mínimo y rebajada la temperatura, sofreímos el ajo, las cebollas y el pimiento verde, todo menudo y picadino.

3. Añadimos el perejil igualmente picado, y las guindillas.

4. Rehogamos bastante y esperamos que la salsa unifique y densifique.

5. La pasamos por el pasapurés o la batidora.

6. La devolvemos a la tartera.

7. Distribuimos en ella los trozos de cabrito.

8. Regamos con un chorro de vino blanco.

9. Dejamos que se haga muy lentamente entre hora y media y dos horas.

10. Servimos en compañía de patatas fritas y pimientos del piquillo.

Coincidimos con una comida de prejubilados y jubilados deseosos de no perder raíces ni fraternidades: comprobamos que lo servido y celebrado les alegraba y revivía.

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