Matthew Perry se sincera sobre sus adicciones: «Tenía un 2% de probabilidades de sobrevivir»
El actor de 'Friends' se ha abierto en una autobiografía en la que habla de su adicción a las drogas y el alcohol, problemas que casi le costaron la vida
Matthew Perry es una de las estrelllas televisivas más conocidas por su eterno papel de Chandler Bing en la serie 'Friends', un auténtico éxito de los noventa que aún hoy en día se emite y se recuerda. Sin embargo, el actor también es conocido por sus problemas de alcohol y drogadicción, una enfermedad que le ha perseguido durante años y sobre la que ha querido sincerarse en una autobiografía que se publicará el próximo 1 de noviembre.
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'Friends, Lovers and the Big Terrible Thing' (que en España se publicará el 17 de noviembre como 'Amigos, amantes y aquello tan terrible', bajo la editorial Contraluz) será el libro en el que Perry se abrirá del todo, narrando algunos de sus episodios más difíciles.
«Quería compartirlo cuando estuviera a salvo de volver a caer en el lado oscuro. Tuve que esperar hasta estar sobrio y lejos de la enfermedad del alcoholismo y la adicción, para poder escribirlo todo. Porque también sabía que ayudaría a la gente«, comentaba Perry, ya que, con motivo de la publicación de su libro, ha concedido una emotiva entrevista a la revista 'People', la cual ha compartido un pequeño adelanto -en forma de fragmento- de la que será la obra más reveladora del actor.
55 píldoras de vicodina y dos litros de vodka al día
Para Matthew Perry, aunque el rodar 'Friends' fue un antes y un después en su carrera -valiéndole sueldos millonarios y la fama mundial por su carismático personaje-, también fue una época oscura y difícil donde su «enfermedad» (como él la llama) le ha costado mucho, llegando a poner en juego su propia vida.
Empezó a trabajar en la serie a los 24 años y, ya por entonces, el actor admite que bebía. «Podía manejarlo más o menos. Pero para cuando cumplí los 34 años, muchos problemas se habían enquistado», comentó el actor. A partir de entonces todo fue a peor, desarrollando más adicciones que le costaron un duro desgaste físico.
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Su abuso de los opioides era evidente, llegaba a consumir 55 píldoras de vicodina (un potente analgésico) y dos litros de vodka al día. Esto se veía en los cambios bruscos del actor de una temporada a otra, donde perdía y ganaba peso con facilidad, además de que estuvo en rehabilitación 15 veces hasta conseguir controlar -en cierta medida- su enfermedad durante un corto periodo de tiempo.
«Hubo años en los que me mantuve sobrio durante esa época«, relataba el actor, anunciando que fue precisamente durante el rodaje de una de las temporadas que estuvo completamente limpio, algo que tuvo sus resultados: «La temporada nueve fue el año en el que me mantuve sobrio durante todo el rodaje. ¿Y adivinad qué temporada me valió una nominación a mejor actor? Pensé: 'Esto debería decirme algo'», recordando que en 2002 -a los 33 años- estuvo nominado al Emmy por su interpretación de Chandler Bing en la penúltima temporada de la serie.
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El actor está especialmente agradecido a sus compañeros de reparto en el sitcom (Jennifer Aniston, Courteney Cox, Lisa Kudrow, Matt LeBlanc y David Schwimmer), ya que siempre lo apoyaron, algo fundamental durante la etapa más oscura de su adicción: «Fueron muy comprensivos y tuvieron paciencia·, aseguraba: »Es como los pingüinos. Cuando uno se pone enfermo o está muy herido, los otros pingüinos lo rodean y lo respaldan. Caminan a su lado hasta que el pingüino puede caminar solo. Eso es lo que hizo el elenco por mí«.
Al borde de la muerte
«No sabía cómo parar. Si la policía hubiera venido a mi casa y me hubiera dicho: 'Si bebes esta noche, te vamos a llevar a la cárcel', me habría puesto a hacer las maletas. No podía parar porque la enfermedad y la adicción son progresivas. Así que se vuelve peor a medida que te haces más mayor» relataba Perry, pues fue precisamente a los 48 años cuando su adicción casi le cuesta la vida.
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En 2018, la prensa se hizo eco de la noticia de que el actor había ingresado de urgencia con unos fuertes dolores abdominales. Más tarde anunciaron que había sufrido una perforación gastrointestinal pero, en realidad, el colon le había reventado por su uso continuado de analgésicos y opioides.
Según Perry, estuvo a punto de morir, ya que al ingresar al hospital «los médicos le dijeron a mi familia que tenía un dos por ciento de posibilidades de vivir. Me conectaron a una cosa llamada máquina ECMO, que hace que funcionen tus pulmones y tu corazón. Nadie sobrevive a eso«. Afortunadamente, Matthew sí vivió para contarlo, aunque estuvo dos semanas en coma y cinco meses más ingresado. Como consecuencia, tuvo que llevar una bolsa de colostomía durante nueve meses.
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Aunque tras años de recaídas ahora se considera oficialmente «un tipo sano», las consecuencias de su enfermedad y las altas expectativas por la fama de su personaje han mermado la confianza del actor. No se puede olvidar que, con motivo de la tan esperada reunión del elenco en 'Friends: The reunion«, Matthew Perry fue tendencia en redes por el aspecto desmejorado que presentaba, momento en el que la mala vida del actor volvió a relucir.
Más tarde, admitió que padeció gran ansiedad y estrés durante el rodaje de esta reunión, pues temía no poder llegar a lo que se esperaba de él, decepcionando tanto al público como a sus compañeros por no ser lo «suficientemente gracioso». Sus declaraciones sorprendieron al público y el actor recibió un gran apoyo y comprensión en todas partes, conscientes de la lucha tan ferviente que ha tenido que librar Perry para superar su adicción.
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