«El juzgado gijonés de Violencia a la Mujer no defiende a las víctimas»
«Las asociaciones feministas tenemos que dejar atrás la rivalidad y unirnos. Ahora podemos lograr cambios que nos beneficien a todas»
CHELO TUYA
Martes, 5 de abril 2016, 03:01
Pertenece a la generación 'leyenda urbana', la que tuvo que emigrar para trabajar, pero acumuló un contrato tras otro en su ciudad natal antes ya de acabar la carrera. Es militante del PSOE, pero no podrá tener cargo en la formación porque no se lo permiten los estatutos de la asociación que la acaba de elegir presidenta. Una entidad en la que Jessica Castaño (Gijón, 1984) se ha volcado pese a que no está separada ni divorciada. Desde el pasado 22 de marzo, preside la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas de Asturias.
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-Para ser presiden ta de la Asociación de Mujeres Separadas y Divorciadas, ¿hace falta serlo? Separada o divorciada, digo.
-(Risas). No, no. Cuando me lo propusieron fue lo primero que les dije: «No tengo pensado casarme para divorciarme o separarme». Pero los estatutos de la entidad no dicen nada.
-¿Cómo la 'engañaron'?
-Bueno. Me lo pidió Ana Isabel Ruiz, la anterior presidenta, porque estoy involucrada en los movimientos feministas desde hace años. Sobre todo cuando empezaron las manifestaciones contra la ley del aborto que pretendía aprobar Gallardón.
-¿Por qué se movilizó contra ella?
-Porque el Estado decidía por ti. Decía que trabajaba por la igualdad, pero cada vez hay más desigualdad entre hombres y mujeres. Nos quieren tratar como mercancía. Como pasa con la maternidad subrogada.
-¿No apoya el vientre de alquiler?
-No. Se cosifica a la mujer.
-Muchas mujeres quieren ser madres con esta fórmula.
-Cierto, es un asunto que está levantando muchas ampollas. Pasa como con la prostitución, que ni entre nosotras nos podemos de acuerdo. Si rechazo la maternidad subrogada es porque, insisto, creo que se cosifica a ambos: a la madre y al bebé. Ella es una incubadora. Él, una mercancía. Por no hablar de que solo sirve para quien tenga dinero. Y atrapa a las mujeres sin recursos. En lugar de recortar las desigualdades, las acrecienta.
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-Como nueva presidenta, ¿qué asunto tiene sobre la mesa?
-El de la custodia compartida. Me implico mucho, porque tengo a una persona cercana pasando por esa situación. La custodia compartida solo beneficia si es de mutuo acuerdo. Impuesta hace mucho daño.
-¿Y el impago de la pensión de alimentos?
-Me preocupa mucho. Es una forma de violencia psicológica contra la expareja. La dejan sin recursos.
-Hay quien ve esa paga como un extra para su exmujer.
-Cierto. Y no tiene nada que ver. Es la pensión de alimentos de los hijos.
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-La fiscal de violencia de género de Asturias, Eugenia Prendes, dijo en una entrevista en EL COMERCIO que hacen falta medios.
-Me encantó leerla. Hacen falta muchas personas como Eugenia Prendes. La ley es mejorable, pero buena. Sin medios poco se puede hacer.
-Usted sustituye a Ana Isabel Ruiz, una mujer maltratada por su ex y por la Justicia. La propia fiscal reconoce que su caso la espantó.
-Está claro que el juzgado gijonés de Violencia contra la Mujer no defiende a las víctimas. Debe pasar como en Oviedo: cambio de titular.
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-Las asociaciones de Oviedo ¿les comieron la tostada a las de Gijón? Ellas presentaron juntas una queja contra la jueza ante el Consejo General del Poder Judicial.
-Sin ánimo de criticar, lo que veo en Gijón es que hay mucha rivalidad entre las asociaciones.
-Usted está en una.
-Y por eso lo digo. La gente que está en las asociaciones es gente mayor, que lleva toda la vida y se siente reticente a que entre alguien nuevo. Lo tengo muy hablado con Nuria Rodríguez, hoy concejala de Podemos. Recuerdo todos los problemas que tuvimos para organizar la marcha del 7N: que si los autocares, las camisetas, los petos...
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-¿Y qué solución propone?
-Las asociaciones feministas debemos dejar atrás las rivalidades y conseguir unirnos. Si queremos un pacto de Estado contra la violencia machista, debemos hacer lo posible por él. Y ahora lo tenemos todo de cara para lograr que haya cambios.
-Mujeres Separadas y Divorciadas no permite que su presidenta integre directivas políticas. ¿Frena su carrera en el PSOE?
-(Risas). No. Yo no llego a más. Soy del PSOE, pero no lo es esta asociación. Es como si dijeran que el Centro de Atención a Víctimas de Agresión Sexual y Maltrato (Cavasym) es de Podemos porque su presidenta, Mariti Pereira, lo es. Nada más lejos de la realidad.
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