«Es el mayor galardón que he conseguido en la vida»
La alcaldesa añadió a sus éxitos deportivos su carácter «bondadoso, leal y discreto hasta el extremo. Todos los premios son pocos»
I. VILLAR
Sábado, 30 de abril 2016, 03:05
Un hombre «bondadoso, sencillo, leal y discreto hasta el extremo». Una figura «en la que no asoma resto alguno de vanidad o de ego y que aunque busque huir del huracán mediático y del calor de los focos, jamás ha negado una foto, un autógrafo o una sonrisa». La alcaldesa, Carmen Moriyón, fue aún más allá de los indudables méritos deportivos para explicar las razones que han llevado a la Corporación a aprobar por unanimidad que Enrique Castro 'Quini' sea desde ayer Hijo Adoptivo de Gijón. Y 'El Brujo' no pudo ocultar su emoción cuando los concejales alzaron su mano y el salón de plenos rompió en aplausos. «Es el mayor galardón que he conseguido en la vida. Es impresionante, un honor muy grande», aseguró a la salida.
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La regidora recordó que no es la primera vez que la ciudad reconoce lo que este embajador de la villa ha hecho por Gijón y por el Sporting. Citó como principal ejemplo su doble presencia en el callejero, primero con el parque de los Hermanos Castro, donde comparte honores con su hermano Jesús, y más recientemente con la avenida que lleva su nombre junto a El Molinón. «Pero todos estos premios son pocos para Quini», añadió Moriyón.
Coetáneo de Springsteen
La glosa sobre la figura del goleador, ovetense de cuna, de infancia avilesina y gijonés de adopción, comenzó con una anécdota, la coincidencia en la fecha de nacimiento con Bruce Springsteen. «El 23 de septiembre de 1949 del firmamento nacieron dos estrellas. Y aunque esta similitud puede parecer banal, ajena o superficial, su relación con Gijón y con su estadio de fútbol afirman lo contrario», leyó la alcaldesa.
En Llaranes, donde vivió desde pequeño, empezó su relación con el fútbol. Primero en el Grupo Deportivo Bosco y luego en el Bosco Ensidesa, «donde se vio en el temprano dilema de elegir su futuro laboral: oficio o deporte. Es de sobra conocida su elección, que pronto se confirmó como acertada». Su debut oficial se produjo en 1967. Fue en el Ensidesa de Tercera División, donde coincidió con otros nombres que han hecho historia en el Sporting, como Churruca, Megido y su hermano Jesús Castro. Él siempre fue Quini, apodo heredado de su padre. Recibió una oferta del Real Oviedo para jugar en su filial, pero la rechazó por la incomodidad de los desplazamientos. En 1968 debutó con el Sporting, en un partido contra el Betis.
A partir de ese momento, todo fueron éxitos deportivos. Llegaron los trofeos pichichi, el ascenso con el Sporting a Primera División, las convocatorias con la selección y, en 1980, el fichaje por el Fútbol Club Barcelona. Como capítulo negro, su secuestro de 24 días, que conmocionó al mundo del deporte. Quini colgó las botas en 1987, en un encuentro contra el Barcelona. Desde entonces su nombre ha seguido unido al club. Ayer, en el Pleno, estuvo acompañado por su presidente, Antonio Veiga, y el director de Comunicación, Manfredo Álvarez.
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