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Diez minutos de fuegos artificiales fueron el prolegómeno del encendido de la hoguera oficial, que estuvo acompañada de decenas de pequeños fuegos.

Poniente, al rojo vivo por San Xuan

Como cada año, a la pira oficial se sumaron numerosos fuegos de menor tamaño que prendieron los asistentes

LUCÍA RAMOS

Viernes, 24 de junio 2016, 02:48

Para purificarse, para dar la bienvenida al verano, para deshacerse de los libros y apuntes del curso escolar ya superado, para reunirse con amigos y familiares y disfrutar de una noche diferente bajo las estrellas, para insuflar más fuerza al sol que de ahora en adelante comienza a debilitarse y tornar los días más cortos o, simplemente, como excusa para saciar la sed de fiestas de prao que a todo asturiano que se precie comienza a asediarle a estas alturas de año. El caso es que ayer, como cada 23 de junio, las hogueras fueron protagonistas. El fuego tiñó de un halo anaranjado la noche gijonesa y no se deslució pese a la constante amenaza de lluvia.

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El arenal de Poniente, que tradicionalmente alberga el encendido de la hoguera oficial, comenzó a llenarse de grupos de jóvenes -y no tan jóvenes- a última hora de la tarde, coincidiendo con la actuación de Andecha de Cultura Tradicional Na Señardá en la plaza del Marqués. La arena, que en un principio era mayoría entre los racimos de personas que se reunían, en algunos casos, en torno a hogueras de diversos tamaños elaboradas por ellos mismos, comenzó a desaparecer bajo la marea humana que a medida que avanzaba la tarde y se acercaba la medianoche fue tomando la playa.

Botellón, un año más

No faltaron tampoco las consabidas bolsas -neveras portátiles en el caso de los mejor preparados- de plástico repletas de botellas de licor y refrescos con las que, como viene siendo habitual desde hace varios años, gran parte de los asistentes hace caso omiso a la ordenanza municipal que prohibe la práctica del botellón en espacios públicos de la ciudad y con la que, habitualmente, se suele hacer la 'vista gorda' por tratarse de una noche especial.

Entre risas, brindis y reencuentros las horas fueron pasando y llegó el momento señalado para que las bandas de gaitas Villa de Xixón y Noega anunciasen el inminente encendido de la hoguera con su música. Al filo de la medianoche, junto a la gran pira central, decenas de pequeños fuegos fueron iluminando una noche que pronto quedó inundada de ruido, luz y color debido a los fuegos artificiales que se prolongaron durante 10 minutos.

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