Un estudio de la Universidad descarta la toxicidad de los suelos de Jove y Lloreda
Encargado por el Principado, el informe dice que los terrenos no presentan ningún riesgo para la salud humana
PABLO SUÁREZ
Viernes, 22 de julio 2016, 01:10
El Grupo de Tecnología, Biotecnología y Geoquímica Ambiental de la Universidad de Oviedo ha hecho público un exhaustivo estudio de los suelos de Jove y Lloreda, en el que se resalta la capacidad de esos terrenos para la interacción con organismos vivos y la inexistencia de peligro para la salud humana.
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El estudio, encargado por la Consejería de Infraestructuras, Ordenación del Territorio y Medio Ambiente del Principado, es la respuesta a una serie de quejas dentro del ámbito vecinal por el estado interno de los suelos y la posible toxicidad de los materiales que los componen.
Este informe sucede al realizado en 2013 en el entorno de El Muselín, concretamente en los barrios de Lloreda, Veriña y San Andrés, y que consistió en una toma de muestras en el área de estudio, con su correspondiente caracterización analítica y la elaboración de un informe de valoración. Cada zona a examen fue dividida en 25 cuadrículas y de cada una de ellas se extrajo una muestra que fue examinada posteriormente. Los puntos de muestreo fueron ajustados al parcelario, para favorecer la precisión del estudio y abarcar el mayor número posible de parcelas.
Una vez recogidas las muestras, pasaron a laboratorios externos para ser analizadas con la mayor objetividad posible. Eran los mismos que realizaron el trabajo en 2013, de tal manera que los datos pudieran ser comparables. Se estudiaron, entre otras cosas, la presencia de metales pesados, metaloides y sulfatos.
El resultado de los análisis del suelo perteneciente a Lloreda descubrió una composición de texturas muy homogéneas y suelos estructuralmente muy parecidos. Por otro lado, los estudios de la parroquia de Jove fueron exactamente en la dirección opuesta, desvelando texturas heterogéneas y suelos estructuralmente diferentes, según la zona de estudio.
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Los datos también revelaron que el patrón de distribución de las anomalías en Lloreda era el típico de eventos de contaminación difusa y no excesivamente preocupante, siendo la parte más afectada la situada a mayor altura. Las anomalías tenían además valores muy monótonos. En cambio, en el caso de los suelos de Jove, no existía un patrón de distribución claro, con la afección visible en tres cuadrículas muy localizadas.
Los riesgos
Quedaba después analizar el posible riesgo en cada una de las cuadrículas en las que se habían registrado anomalías o, lo que es lo mismo, las cuadrículas en las que se superase algún valor de los niveles genéricos de referencia establecidos. Se tenía en cuenta el riesgo para los receptores más expuestos, como es el caso de los residentes, y en caso de que este existiese, el medio de exposición (ingestión directa, contacto dérmico, ingestión de vegetales, etcétera).
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El resultado de estos trabajos concluyó que, «teniendo en cuenta las concentraciones relativas a las fracciones biodisponibles, únicas capaces de interactuar con los organismos vivos y por tanto potencialmente tóxicas, determina que o bien no existe riesgo para la salud humana o que, en su caso, éste se encuentra por debajo del límite admisible según la legislación española».
Esto reafirma la teoría de que los suelos de ambas zonas analizadas no presentan ninguna amenaza para la salud humana.
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