Esta era una de las fotografías favoritas de Elías García, como él mismo confesó a EL COMERCIO.

Gijón llora la muerte de Elías García: «Nos has dejado muy solos»

Cientos de personas arropan a la familia del director de Coordinación y Relaciones Externas de la Cámara de Comercio

cristina tuero

Martes, 27 de junio 2017, 21:05

A la «hora bruja» de la Feria. Las doce del mediodía. Delante de su segunda casa, la profesional, el Palacio de Congresos. Su Palacio de Congresos. El que Elías García subía y bajaba. El que recorría por dentro y por fuera. El que se conocía con los ojos cerrados. Ahí, a esa hora, sus compañeros de la Cámara de Comercio de Gijón quisieron rendir homenaje a su omnipresente jefe de Protocolo. «Nos has dejado muy solos. Te vamos a echar mucho de menos», fue lo único que quiso decir su padre ferial, Álvaro Muñiz. Después sonó el aplauso que tronó hasta el cielo para que Elías lo escuchara. Banderas a media asta en el recinto Luis Adaro y crespón negro en la enseña de Gijón en la entrada principal.

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No muy lejos de allí, en el tanatorio de Cabueñes, la familia, encabezada por sus padres Elías e Isabel y su hermana Carolina, velaba ya sus restos mortales. Y junto a ella, acompañándoles, transmitiéndoles fuerza y cariño, cientos de personas, familiares, amigos, y conocidos de Elías: la alcaldesa de Gijón, concejales de la Corporación gijonesa, representantes del Gobierno regional, como el consejero de Empleo, la directora de la Fundación Princesa de Asturias, el presidente de la Cámara de Comercio, el secretario general de la entidad y numerosos directivos y camerales, el presidente y la gerente de la Unión de Comerciantes, los presidentes del Grupo Covadonga y del Santa Olaya, y un larguísimo etcétera de representantes del mundo económico, social, deportivo, políticos...

En definitiva, la ciudad entera llora desde el lunes la muerte de Elías. Su bonhomía, su plena disposición, su absoluta discreción, su exquisita profesionalidad, y, sobre todo, su sonrisa perenne estaban en boca de todos. «Aún no me lo creo», «no le tocaba», «era más que un amigo», «se hacía querer», «deja un gran vacío» o «siempre estaba ahí» eran algunas de las frases más repetidas en los corrillos que a lo largo de toda la tarde de ayer se fueron formando en el tanatorio.

Aunque una frase destacaba sobre todas ellas: «Será insustituible». Porque nadie será capaz de coger el testigo que Elías soltó el lunes. Será muy difícil conjugar como él lo hacía ese papel de conseguidor y apagafuegos. Será muy difícil no echar de menos en todas sus facetas a Elías. Hoy miércoles, la iglesia de la Inmaculada de Gijón acogerá a las seis de la tarde lo que será un hasta luego, porque él nunca dirá adiós. Su legado, profesional y personal, pervivirá en todos los que le conocieron.

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