El abogado de los detenidos en Gijón por agresión sexual pide investigar a políticos, jueces y «feminazis»

«Desde el minuto uno en que fueron detenidos mis patrocinados, el 'lobby' mediático feminista y que mucha gente prefiere denominar, no sin cierta parte de razón, feminazi, se dedicó a condenar sin paliativos a estos cuatro ciudadanos portugueses. Sin que ni siquiera estos hubiesen prestado ni su primera declaración. Culpables cuatro hombres porque una mujer (dos en este caso) dice que lo son. Sin más pruebas que una legislación que atiende exclusivamente a las gónadas para otorgar presunción de veracidad a unos sobre otros», considera.

Prosigue diciendo que «todo un presidente de una comunidad autónoma tuvo a mal cometer la osadía de pasarse por el arco del triunfo la presunción de inocencia para mis patrocinados, al igual que hicieron la alcaldesa de Gijón, la delegada del Gobierno, la exalcaldesa de Gijón Carmen Moriyón y un largo etcétera entre los que se encuentran representantes y representantillos de entidades y grupúsculos tan variopintos como sindicatos subvencionados (como dice el refrán, '¡qué sabrá un burro cuándo es día de fiesta!') o 'lobbies' de presión feministas».

Germán Inclán tiene duras palabras hacia Adrián Barbón: «Utilizar muy desafortunadamente el término 'terrorismo machista' para referirse a este caso que, muy que le pese, a día de hoy sigue 'sub iudice'. Habla de terrorismo el presidente socialista de Asturias, miembro de un partido político, el PSOE, que tiene como apoyo del Gobierno de España y necesita los votos de un partido heredero, ese sí, de los que sí son terroristas, los miembros de ETA, autores del asesinato y secuestro, por cierto, de decenas de cargos y militantes socialistas; y todo para que el que algunos llaman 'profanador de tumbas' siga durmiendo en la Moncloa y veraneando en La Mareta a costa de todos una temporadita más».

Y mientras tanto, añade, «dos ciudadanos que siguen siendo inocentes jurídicamente y que se saben inocentes y víctimas de una acusación falsa, pudriéndose en una cárcel extranjera, separados en los últimos días de celda (con lo que su aislamiento emocional es más acentuado), con grave merma económica dado que sus trabajos los tienen abandonados por causa de su ingreso en prisión».