Alberto Ferrao, el concejal de Cultura de Gijón, decide salir del foco

Sea como fuere, la cuestión es que en los meses sucesivos, el concejal de Educación y Cultura -que fue el número 2 de la candidatura socialista en las pasadas elecciones- pasó a ocupar un discreto segundo plano -o directamente a quedar fuera del encuadre- en cuestiones que dependían directamente de su gestión. Una de las más evidentes fue la presentación del plan de usos de Tabacalera. Estaba la alcaldesa, Ana González; estaba la gerente de Divertia, Lara Martínez, y estaba también el director de la Fundación Municipal de Cultura, Miguel Barrero. Pero ni rastro de Alberto Ferrao.

El argumento que se dio después para justificar su ausencia fue que, a la misma hora, tenía una reunión de la comisión de Cultura. Para entonces, entre los grupos municipales se hablaba ya de cierto arrinconamiento del concejal, cuando no directamente de ninguneo, en favor de las dos personas que, en el organigrama, estaban por debajo de él: la gerente de Divertia y el director de la Fundación Municipal de Cultura. Una edil de la oposición recordaba ayer una imagen del pasado verano que bien podría demostrar ese ostracismo del concejal, la de Barrero guiando a los Reyes de España por la exposición dedicada al 'Elogio del horizonte' en julio de ese año 2020.

Pero más que con el director de la Fundación Municipal de Cultura, con quien se le atribuían los mayores desencuentros a lo largo de estos casi dos años de mandato fue con Lara Martínez.

Fue ese desgaste en su labor diaria lo que parece haber pesado en su decisión de abandonar la política y volver a la docencia -funcionario del cuerpo de maestros desde el año 1997 desde 2016 se ocupaba de las aulas hospitalarias en el Hospital de Cabueñes- aunque el hecho de que un familiar haya sufrido un problema de salud grave en los últimos tiempos también pueden haber influido bastante a la hora de renunciar al cargo.

Parte de la oposición lamentaba ayer su marcha. Porque si bien hay quien le achaca cierto «sectarismo» en las formas no son menos los que le definen como un hombre «honesto», que trataba de buscar el consenso y como «el único» edil del actual equipo de gobierno «que levantaba el teléfono para ver qué opinábamos el resto».

La de Ferrao es la primera dimisión de un concejal del equipo de gobierno en el Ayuntamiento de Gijón desde que en 2012 la entonces concejala de Hacienda Carmen Alsina decidiera abandonar el primer gobierno de Carmen Moriyón, de Foro, para volver a la empresa privada. En el organigrama del gobierno de la socialista Ana González ha habido otras dos bajas en lo que va de mandato. En mayo de 2020, menos de ocho meses después de asumir la dirección de Turismo Gijón, Ángela Baños presentó su dimisión. Y en febrero la directora de la Fundación Municipal de Servicios Sociales, Marta Mediavilla, renunciaba, Ambas, aseguraron, por causas personales.