La alcaldesa sostiene que el anillo navegable es «un foco de algas tóxicas»

«Tenemos un objetivo my claro de mandato: cuidar Gijón para que Gijón nos cuide». La alcaldesa Ana González defendió ayer públicamente el plan de actuaciones que el equipo de gobierno va a poner en marcha hasta 2022 para erradicar los principales focos de contaminación del Piles. La regidora socialista tiene claro que el anillo navegable es una de las fuentes del problema a la luz del reciente diagnóstico sobre el estado del río elaborado por técnicos municipales. Un informe que asegura que las condiciones de esta instalación municipal favorecen la proliferación masiva de cianobacterias producidas por la descomposición de algas. Unos microorganismos tóxicos que están detrás de la aparición de peces muertos y también de las espumas y malos olores que desataron la alarma durante los meses de septiembre y octubre en la desembocadura del río.

«El informe, que está hecho por personas especialistas, lo que nos indica es que las compuertas no pueden cerrarse y que el anillo navegable se está convirtiendo en un foco de contaminación porque las algas que se producen en él son tóxicas. Y esto es una responsabilidad», afirmó. «Entonces hay que verlo de esta forma y responder a esta pregunta: ¿Queremos un río Piles sin contaminación o no nos importa que esté contaminado con las consecuencias que puede tener para la playa?», añadió.

La regidora socialista defendió que para cuidar el medioambiente, tener el río Piles limpio y evitar que la playa se tenga que cerrar por vertidos contaminantes, el Ayuntamiento tiene que «controlar todas las fuentes de contaminación». «Una de ellas es el anillo navegable, que se ha convertido en el hábitat adecuado para que nazcan y se reproduzcan algas tóxicas», remarcó.

«Me voy a plantear cómo acabar con la contaminación en el río Piles. Ese es el objetivo el Ayuntamiento, que al río Piles no se viertan aguas contaminadas. Creo que eso es importante», concluyó.

Aunque la decisión de eliminar el anillo navegable se comunicó oficialmente el viernes al Grupo Covadonga, uno de los principales usuarios de la instalación municipal, lo cierto es que había indicios por lo menos desde septiembre de que se podría acabar llegando a este punto. Justo cuando estaba previsto que se subiera la compuerta del anillo los dos últimos palmos para tener el caudal de agua necesario para las piraguas, la concejalía de Medio Ambiente de Aurelio Martín decidió bajarla 'sine die'.

En este momento los 140 palistas del Grupo con licencia, de los que 65 son niños menores de 12 años, solo pueden salir a navegar al río los día que hay pleamar. El desplazamiento a Trasona solo se hace los sábados porque a diario no es asumible con tanto piragüista en fase de iniciación. La consecuencia es que apenas se está saliendo a remar al agua, con la pérdida de técnica, resistencia y de forma que ello conlleva, explican desde la dirección del Grupo, que teme el «descabezamiento» de la sección si se cierra y desmantela el anillo navegable.

La Federación de Piragüismo de Asturias y algunos de los principales palistas asturianos que se han formado y competido en el anillo trasladaron ayer su apoyo vía redes sociales al Grupo Covadonga, reclamando además al Ayuntamiento que reconsidere una medida tan dañina para el deporte base y, en particular, para la práctica del piragüismo en la ciudad. Los apoyos llegaron, según fuentes del club, de toda Asturias y España.

El presidente de la Federación Asturiana de Piragüismo, Avelino Morís, criticó que el Ayuntamiento adopte una medida «tan drástica y excesiva que puede suponer la desaparición del piragüismo en Gijón». Además puso de relieve que la clausura del canal navegable no solo perjudica al Grupo, sino también a otros clubes como el Kayak Gijón que han tenido que trasladar su base por las trabas para poder navegar. «El anillo ha estado mal gestionado, pero no se puede ir a la solución más fácil de cerrarlo sin sentarse antes a estudiar otras alternativas», defendió Morís, que remitirá el lunes un escrito al Ayuntamiento y también solicitará una reunión urgente con el Principado sobre esta cuestión.

Javier Hernanz, uno de los piragüistas más mediáticos y uno de los deportistas del equipo nacional formado en el anillo, arremetió contra la decisión municipal y afirmó que el Ayuntamiento «hereda la insolvencia deportiva sufrida en el Principado durante años y atenta contra el deporte más tradicional en nuestra región». Hernanz advirtió de que si desaparece esta instalación, muchos niños que ahora se están iniciando en el piragüismo no van a poder permitirse viajar todos los días a Trasona para entrenar y el Grupo tampoco va a poder sostener esos desplazamientos. «Con medidas tan drásticas como ésta estamos consiguiendo minimizar deportes minoritarios emergentes y con resultados para apoyar institucionalmente en exclusiva al fútbol», lamentó.

Otra palista vinculada al anillo navegable es Miriam Vega y ayer puso su propia trayectoria deportiva como ejemplo de la importancia que tiene para las nuevas generaciones de piragüistas la continuidad de la instalación municipal allí donde se cruzan los ríos Piles y Peñafrancia: «Sin el anillo nunca hubiera empezado a palear junto a mi hermano en el campus de verano del Grupo ni llegado al equipo nacional». «Una solución tiene que haber porque siempre hubo agua represada en ese curso del río», defendió.

El laureado piragüista maliayo ya retirado Manuel Busto comparó la situación del anillo navegable con la prohibición hace años de navegar en el embalse de Tanes, en Caso, donde él remó de niño. «¿Va a ser de nuevo que somos los piragüistas los culpables de la contaminación de las aguas cuando Gijón tiene la depuradora sin funcionar?», indicó. Y lanzó otra pregunta: «¿Si el anillo se cierra ahora por contaminar, a quién pedimos responsabilidades por su planificación y todo el dinero invertido durante años ahí?».