Alfonso, frente al cuerpo disecado de 'Perico', en la Fidma.
1972. Hace 50 años.

Alfonso, a pie de oso

El popular dibujante habló con nosotros de sus futuros proyectos -algunos, televisivos- en el estand en la Fidma de EL COMERCIO

Viernes, 12 de agosto 2022, 03:39

Su figura se reconocía allá donde iba. Larga, enjuta, todo piel y huesos, y, sobre todo, veloz. «En donde quiera que usted haya visto a ... Alfonso, siempre habrá comprobado que es una de esas personas que siempre tienen prisa», afirmábamos hace hoy medio siglo. «Nuestro Alfonso, el de Pinón y Telva, y más tarde el de Pinín, con cuyos personajes inició el salto a la fama, jamás llega tarde, a pesar de sus aparentes prisas». Tampoco se retrasó en su cita con EL COMERCIO en el estand que al efecto había instalado nuestro diario en la Feria Internacional de Muestras de Asturias y de cuya principal atracción -el cuerpo disecado de 'Perico'- hablamos hace algunos días.

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Pero, al grano. ¿En qué andaba Alfonso Iglesias por aquel entonces? Pues ni más ni menos que en proyectos televisivos. «Ahora mismo estoy entusiasmado con los dibujos de semianimación. Creo que es lo mejor que hice en mi vida. Son ilustraciones articuladas que serán utilizadas por televisión para ilustrar canciones. En principio, creo que es para el programa 'Buenas tardes'. Ya se filmó 'El toro y la luna'. La canción es interpretada por Lolita Sevilla y tiene la duración de un disco normal». En recámara se quedaban otras canciones para ilustrar y animar: 'María de la O', 'Fumando espero' y 'Doña Marquita de mi corazón'. Iglesias ya se había estrenado en televisión haciendo dibujos animados «para la quiniela (...) Precisamente, el Sporting tiene un dibujo articulado de cuando el cuadro de El Molinón logró el ascenso».

Entre televisión y pintura al aire libre -la pasión que, para él, había sustituido a la acuarela-, había cosas que nunca cambiaban. «Me emociona la forma en que me acoge la gente», reconocía el dibujante. «Mi nombre lo escucho siempre ligado a Pinón, Telva y Pinín». Alfonso había jubilado ya hacía tiempo a los populares personajes y no planeaba resucitarlos. «Me considero desambientado de la situación actual», explicaba, como única razón. No era poco. Hace medio siglo era ya la nostalgia la que alimentaba el recuerdo de los tíos y 'el sobrín'. Ahora, lo que se llevaba, era la televisión. 'C'est la vie'.

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