Pablo Alvargonzález, 'Alumno Distinguido Joven 2025' del Real Instituto Jovellanos
«Es un buen momento para opositar, merece la pena intentarlo»«Llega un punto en el que la complejidad de las normas que se hacen superan la capacidadde los organismos o empresas para aplicarlas»
Pablo Alvargonzález Fernández (Gijón, 1994) ha sido elegido 'Alumno Distinguido Joven' por el Real Instituto Jovellanos. Un galardón que le ha sido concedido por ... su brillante trayectoria académica, destacando el Premio Extraordinario de Licenciatura y ser Letrado del Consejo de Estado, una de las oposiciones más difíciles del mundo jurídico. El acto de entrega del premio se celebrará el próximo 6 de agosto.
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–¿Cómo recibió ser el 'Alumno Distinguido Joven 2025' del Instituto Jovellanos?
–Ha sido una alegría muy grande porque del Instituto Jovellanos guardo un gran recuerdo.
–¿Qué recuerda en especial de sus años de instituto?
–En el Jovellanos, a pesar de que es un instituto grande, cuando alguien tenía un problema, se le atendía de verdad. La dirección, jefatura de estudios, los tutores... todos respondían. Creo que habla muy bien de estas personas del centro, que muchas veces hacían un esfuerzo que no estaba pagado. Estoy muy agradecido a la institución, me dieron una buena educación.
–Actualmente es Letrado del Consejo de Estado, ¿cuándo supo que lo suyo era el derecho?
–Es curioso porque hice ciencias en Bachillerato. Un poco por automatismo. No quería cerrarme puertas, pero al acabar me di cuenta de que me gustaban cuestiones más relacionadas con la historia, la política y el derecho, que no deja de ser una 'ingeniería social'. Acabé muy convencido de que eso era lo que quería estudiar.
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–Una vez que termina sus estudios en 2016, por los que fue Premio Extraordinario Nacional Fin de Carrera, ¿Cuál fue el siguiente paso?
–Logré entrar en el Colegio de Europa en Brujas (Bélgica). Fue una experiencia fantástica. Al terminar, la cuestión era quedarse o volver a España. Decidí regresar y comenzar a preparar las oposiciones para el Consejo de Estado.
–¿Fue dura la oposición?
–Es una oposición singular, pero cada minuto de esfuerzo merece la pena. Conseguí sacarla a principios de 2023. No me arrepiento, la profesión es interesantísima.
–Cuénteme sobre ella.
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–Estoy en la sección en la que se tratan los temas de energía, medioambiente y agricultura. Somos tres letrados. Se te escucha desde el principio, se respeta el criterio de todos y los expedientes se turnan según el orden en el que entran. Todos vemos todo desde el principio. Algo que te permite estudiar partes del ordenamiento jurídico desde muy joven y escribir los dictámenes.
–¿Qué es el Consejo de Estado?
–Es el supremo órgano consultivo del Gobierno. Lo fundamental en el Consejo es que debe establecer dictamen en gran parte de las leyes y reglamentos que se hacen o en los tratados internacionales. También trata muchos asuntos que no son de elaboración de normas, sino que son cuestiones más parecidas a las que se pueden ver en un Tribunal, es decir, asuntos administrativos donde hay que tomar una decisión aplicable a un caso individual.
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–¿Por ejemplo?
–En mi caso, son los asuntos de las concesiones administrativas, reclamaciones de responsabilidad patrimonial, etcétera. En el derecho español cuando se le pide al estado una indemnización de gran cuantía debe pasar por el Consejo. Por eso me parece muy interesante, porque se puede ver desde reformas de leyes o estamentos hasta reclamaciones de personas que han sufrido daños personales, por ejemplo, en inundaciones.
–¿Qué asuntos trata con mayor frecuencia?
–Lo más frecuente son todas las normas que hay que atender y que, además, en muchos casos son consultas urgentes. Se ve toda la legislación en materia de agricultura, pesca y alimentación. El tema del medioambiente es inmenso. Se hace mucha normativa.
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–¿Por qué?
–Estamos en plena transición ecológica y eso requiere que se tomen y se regulen muchísimas medidas. Al ver tanta normativa acabas observando cómo va evolucionando el ordenamiento en esas materias que afectan a muchísima gente y que se nos aplica a todos por igual. Estamos cambiando nuestra forma de vida con arreglo de unas prácticas que van evolucionando mucho y que dependen, a su vez, de la tecnología.
–¿Cómo ve esa evolución?
–Desde la perspectiva jurídica, hay un peligro que es la gran cantidad de normas que se hacen y lo complicado que es aplicar un ordenamiento jurídico tan grande y donde hay novedades tan frecuentes. Una parte importante viene dictada de la Unión Europea. Tenemos un problema con la complejidad de las regulaciones que es, seguramente, excesiva. Llega un punto en que la complejidad del derecho de las normas que se hacen superan la capacidad de la gente para aplicarlas, de los órganos administrativos o de las empresas porque se hace muy difícil cumplir y más conocer lo que se hace.
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–¿Qué le diría a un joven que quiere seguir sus pasos?
–Igual el Consejo de Estado es algo muy concreto, pero, con carácter general, para preparar oposiciones estamos en muy buen momento. Ha mejorado mucho porque hay muchas más plazas. Hay que sustituir a una generación muy numerosa. Y, en segundo lugar, merece mucho la pena intentarlo. Si uno se da la oportunidad puede ver muy rápido si es lo suyo o no. Al final, en el peor de los casos se pierden horas, pero, en el mejor de los casos, se gana muchísimo.
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