Un inmenso océano de cultura
Unos pastéis de nata, un vinho verde, una viola beiroa, un pandero o un bombo legüero revelan sabores y saberes de una geografía bañada por las mismas aguas
Un inmenso océano de cultura nos inunda. Sabores, saberes, música y movimiento, arte en el sentido más amplio. El Arcu Atlánticu, el festival que mira a esas aguas que que bañan España, Portugal, Irlanda, Reino Unido, Francia y Canadá, echó a andar en lo gastronómico, en lo festivo, en lo musical y lo escénico. Y con Portugal adoptando un cierto protonismo. Porque en su mercadillo de Campo Valdés se horneaban riquísimos pasteis de nata y se proponía al visitante adentrarse en sus muchos dulces, en sus vinos, en sus empanadas, en sus embutidos ahumados y en sus quesos.
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En su estand del mercadillo David Marques proponía dulces secos y cremosos, de merengues a pastas de mantequilla, de almendra y de cacahuetes. Y las tartas de almendra, los suflés de huevos y chocolate o los salames de galleta con chocolate. Pero son los pasteles de nata, en dos tamaños, los que triunfan, los que ocupan lugar preferente en un horno que desde 2012 acude a Gijón. Y en ese mismo puesto, los licores y los cafés, otro emblema de un país que sabe y mucho de vinos.
PROPUESTAS PARA HOY
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Etxebarría y Varela Dúo 18 horas, plaza Arturo Arias.
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José Manuel Tejedor y Amigos A las 19.30 horas, en el Muséu del Pueblu d'Asturies.
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Skolvan A las 22 horas, en el Centro de Cultura Antiguo Instituto.
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Visitas teatralizadas A las 12.20 y 18, recorrido desdse la Casa Natal de Jovellanos.
Bajo una carpa se presentan los tintos, los rosados, los blancoy, por supuesto, el vinho verde. Y, la tradición manda, es el último el que se acapara miradas y llena copas, y eso que tienen unos precios más que asequibles todos ellos, entre de siete y catorce euros. Una botella de Oporto sube a treinta. «El vinho verde es muy fresco, entra muy bien en verano para compartir con amigos, para tomar con quesos, embutidos, empanadas combina bien con todo», resume Helder Ferreira.
Y todo lo citado que combina tan estupendamente con el vinho verde lo venden en Casa Lamiego, que tienen sus propios embutidos artesanales. «Es todo de fabricación propia de una casa que funciona desde 1977», afirma Manuel Bello. Él también vende quesos de cabra, de oveja, picante, con pimentón, sin él. Es amplísima la variedad quesera en este mercadillo que sirvió para abrir boca, y nunca mejor dicho, a todo lo que estaba por venir en la jornada inaugural del Arcu Atlánticu que hoy se multiplica en mil talleres y quehaceres.
La viola beiroa, también conocida como Castelo Branco, viola o bandurra, es un cordofono portugués tradicional de diez cuerdas (5 dobles) típico de la región de Beira Baixa, y un miembro de la familia tradicional portuguesa de guitarra de alambre. El cuerpo tiene forma de ocho en una curva muy apretada y la boca es redonda mientras la cabeza es plana y ligeramente inclinada con respecto al mástil. Fue este instrumento tan singular el protagonista del primero de los conciertos del festival, que subió al escenario a Miguel Carvalhinho, el instrumentista que le dio vida y música, y Pedro Ladeira, que le acompañó al clarinete. En el patio del Centro deCultura Antiguo Instituto sonó a gloria acompañado de Celso Díaz a la gaita y Eva Tejedor y Nel Díaz Tejedor a las percusiones.
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Fue ejemplo perfecto del gusto por la fusión de una cita que también abrió las puertas siempre abiertas de la calle a la danza de la mano de la compañía DAB, que puso en escena el 'Coeud', un término que en francés significa anudado. Son vascos estos creadores de movimiento que han hallado la isnpiración en artistas tan dispares y tan atlánticos como Chillida y Balenciaga, un escultor y modista. Dos creadores que inspiran los cuerpos en movimiento que desplegaron su magia en la plaza del Marqués.
Está más cerca de Francia que de Portugal Guipúzcoa, el lugar de origen de Chillida y Balenciaga y la separa una cierta distancia con Galicia, esa buena vecina de Asturias que ha sabido reinventar con tino y buen gusto su música tradicional.
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Lo demostraron en el concierto inaugural de Fillas de Cassandra en la plaza Mayor, con Sara Maro y María Soa integrando e impregnando de arte piano, bombo legüero, panderatas, panderos y violines con voces y bases electrónicas. El Arco, esa porción de una curva comprendida entre dos puntos, se ensancha en Gijón.
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