El arzobispo del 'gomeru'
El conflicto de los despedidos de Duro Felguera llegó a EL COMERCIO, que se hizo eco de la postura de Díaz Merchán
Contaba por entonces EL COMERCIO que Manuel Sánchez Terán, portavoz de los trabajadores de Duro Felguera, había agradecido en persona a Díaz Merchán «su postura ... ante el conflicto que ha arrastrado este colectivo durante los últimos cinco años. Terán entregó al arzobispo la bandera roja que ondeó en la torre de la catedral durante buena parte de los 318 días del encierro», iniciado en la Nochebuena de 1996. Destacaba Terán que, incluso ante las críticas, Merchán había mostrado siempre una posición firme «al margen de la superficialidad con que alguna gente trató de abordar el final de la protesta». Las cuitas venían de lejos: desde un primer encierro en 1992, pasando por la huelga de hambre de 1994 y el consabido encierro.
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«Los conflictos como el de los despedidos de Duro Felguera debían tratarse de otra forma, que las piedras son menos importantes que los hombres», nos contó, a este diario, hace hoy 25 años, Terán. «Y que el problema del paro en Asturias, con miles de desempleados, exige soluciones y la creación de puestos de trabajo». Díaz Merchán, arzobispo desde 1969 -y aún le quedaban cinco años en el cargo hace 25: renunció en el 2002-, nunca dudó en adherirse a esta postura. Abandonaban los obreros su protesta (habían sido recolocados en la mina pública, la última propuesta del Gobierno), pero aún quedaba mucho por luchar. Y desde todos los estamentos sociales.
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