Las asociaciones vecinales piden a Cañete que luche para mejorar los centros de salud

El timón de la Federación de Asociaciones Vecinales (FAV) de la Zona Urbana de Gijón ha cambiado de patrón. Tras la renuncia de Adrián Arias, el actual presidente de la asociación de vecinos Evaristo San Miguel de El Polígono, Manuel Cañete (Mieres, 1960), asume el liderazgo al frente de una ejecutiva de consenso que la semana pasada logró el aval de 22 de las 28 entidades que conforman la federación. Y mientras su equipo se pone en marcha, las asociaciones ya van poniendo sobre la mesa los problemas más urgentes de sus barrios y sugerencias para mejorar el funcionamiento ordinario de la propia federación vecinal.

Un problema que según los representantes vecinales se repite en muchos barrios es la escasez de personal en los centros de salud y, por ende, las largas listas de espera que se generan sobre todo en temporadas como las de repunte de la gripe. La situación preocupa especialmente a cinco barrios: El Natahoyo, Contrueces, Pescadores, Nuevo Roces y Vega La Camocha.

Álvaro Tuero, presidente de la asociación de vecinos Atalía de El Natahoyo, reclama «trabajar fuerte y duro para que no desaparezcan las guardias de los centros de salud», un servicio «indispensable para no saturar los hospitales». Desde Los Ríos de Contrueces, presidida por Alejandro Romero, piden «aumentar el equipo médico de los ambulatorios para disminuir las listas de espera». Y Nuevo Roces invita a Cañete a apoyarles en su pelea para que el Principado cumpla con su compromiso de construir un consultorio en un barrio que en los últimos años ha crecido de forma exponencial sin que eso fuera acompañado de la dotación de servicios básicos como el sanitario. «Deben construirnos el centro de salud lo más pronto posible», reclama su presidente, José Miguel Bernardo. Y lo mismo ocurre en La Camocha, donde Herminio Torre remarca la «urgencia» de construir también un nuevo centro.

Pero el problema de las listas de espera no es exclusivo de la atención primaria. También afecta a los hospitales. Y la asociación Virgen de la Soledad, de Pescadores, reclama «medidas urgentes» para acabar con ellas en el de Jove. Su presidenta, Rita Rendueles, advierte de que el centro hospitalario se encuentra «completamente saturado y desbordado», y culpa de esta situación a la falta de personal en el centro. «No me parece apropiado que la gente tenga que pasar tantas horas en urgencias. Vayas cuando vayas, siempre tardan mucho en atenderte», lamenta.

Otro de los asuntos que más mencionan las asociaciones al hablar de sus principales demandas es la mejora de la movilidad. «En los Jardines de la Reina se suprimió un tramo del carril bici en detrimento de una terraza privada. Me parece que este tipo de hechos no ayudan a reemplazar el coche por otro tipo de transporte más sostenible», denuncia Maite Martín, de la asociación de vecinos Jovellanos de la zona centro. Paulino Tuñón, máximo responsable de la asociación vecinal de La Guía, sugiere por su parte que se retome la idea de construir un bulevar peatonal en la avenida del Jardín Botánico. «Sería un gran proyecto para fomentar los paseos seguros. No es bueno para la ciudad depender tanto del coche y además, nos preocupa mucho los excesos de velocidad que se ven cada día por esa vía», explica.

Agustín Bermúdez, presidente de El Roble de Montevil, se detiene en lo que iba a ser la conexión entre su barrio y Nuevo Roces. «Me preocupa que los políticos primero digan una cosa y luego ejecuten otra. La unión entre ambos barrios estaba prevista que se realizara a través de un túnel desde la calle Antonio Machado y finalmente se ha decidido construir una pasarela. Queremos seriedad en los proyectos y sinceridad con los vecinos», manifiesta. La asociación de Santa Bárbara, por su parte, pide luchar para que la línea 18 de EMTUSA, que une el Hospital de Cabueñes con Nuevo Gijón, llegue hasta el poblado. «Desde hace dos años reivindicamos que desemboque en la calle Concha Espina. Es una necesidad capital si tenemos en cuenta lo que ha crecido nuestra zona en los últimos tiempos, y así se lo hemos trasladado a la empresa municipal», expresa José Ignacio Gómez, presidente vecinal.

La contaminación también está entre las principales preocupaciones de los barrios, especialmente en los de la zona oeste. Desde Pescadores apuntan a los problemas que provoca el almacenamiento de carbón en El Musel, «que los días que hace más viento se esparce por nuestro barrio». Y en Moreda alertan de «la presencia de ratas y un exceso de maleza en el río Pilón». También Tita Caravera, presidenta de la Arena y hace unos años al frente de la FAV, también sitúa la mejora de la calidad del aire entre los principales retos a atender en la ciudad, aunque asegura estar «tranquila» porque Cañete «peleará con las instituciones para solucionar este asunto tan importante».

La delincuencia también está en el punto de mira de las asociaciones vecinales, fundamentalmente las del área periurbana del concejo. «Nos gustaría que nuestro barrio tuviera mayor presencia policial para evitar altercados y la proliferación de pintadas. Muchas bandas vienen a delinquir», asegura José Ramón Fernández, presidente de la asociación de vecinos de Santa Cruz de Jove. Cristina Menéndez, de La Providencia, también reclama «más vigilancia» y suma el problema de las carreras ilegales. «Muchos coches circulan a gran velocidad. No solo arriesgan su vida, sino la de los vecinos de la zona. Muchas veces tenemos que tirarnos a la cuneta para que no nos atropellen», denuncia.

Como primer mensaje para el nuevo presidente de la FAV otras entidades optan por aportar ideas para mejorar el funcionamiento de la entidad. Teresa Prada, de La Calzada, demanda «más autonomía» para las asociaciones. «No tenemos que depender tanto de la federación, cada una somos una entidad en sí misma», afirma. Sergio Álvarez, de Cimavilla, es partidario sin embargo de que la propia federación fomente la participación de los barrios para «aunar peticiones generales y abordar problemas comunes». Y Beatriz Vázquez, de la asociación Santiago de Nuevo Gijón, Perchera y La Braña, apuesta por crear «comisiones o grupos de trabajo» que ayuden a trabajar por un Gijón mejor.