El edificio de la Asociación Gijonesa de Caridad.
1922. Hace 100 años.

Una casa para la caridad

Dos días después de su inauguración, se transcribieron en EL COMERCIO todos los discursos dados por el nuevo edificio social

Lunes, 19 de diciembre 2022, 00:14

Por fin tuvimos edificio para la Asociación Gijonesa de Caridad y para la Cocina Económica. ¡Y menudo edificio! Se inauguró hace hoy 100 años y ... dos días, pero hace justo un siglo todos los gijoneses podrían conocerlo mejor a través de la transcripción de los discursos que, dados en aquel acto, que cayó en domingo, hoy son un retrato fiel de lo que suponía aquel edificio social para el Gijón de 1922. Y no solo en lo que a solidaridad y ayuda a los necesitados toca, porque el primero en concedernos unas palabras fue el arquitecto, Miguel García de la Cruz. «Intenté hacer un proyecto que tuviese cierto sabor local», afirmó en nuestra tercera plana. «El primero que estudié (...) llevaba los clásicos pórticos recuerdo de aquel antiguo paseo cubierto que existió en los terrenos del Bombé y de los que tenía la antigua casa de los Mareantes». La idea fracasó: muy cara.

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El edificio ahora inaugurado conservaba únicamente el cuerpo de aquel proyecto inicial, «acusado por las dos torrecillas y frontón que las une, que recuerdan, con el empleo de aleros, la traza o estilo de los antiguos edificios asturianos». Más allá de la estética, el edificio tenía de todo. Asilo nocturno, la vivienda del conserje, los departamentos de las monjas -Hermanas de la Caridad de San Vicente de Paúl-, comedor... todo para los necesitados de Gijón.

«Tócame a mi interpretar el sentir popular», arrancó su discurso Rodríguez Blanco, alcalde a la sazón. Lo hacía elegido por unanimidad por el pleno municipal para «hacer presente la gratitud del pueblo a quienes han llevado a feliz término una obra tan generosa y humanitaria como la de levantar este establecimiento benéfico, llenando una necesidad grande a la que estaba obligado el municipio». La iniciativa tenía nombres y apellidos. Los de Donato Argüelles, Higinio Gutiérrez, Bernardo Meré, José Fernández y Francisco Gutiérrez, «iniciador y ejecutores de este hermoso edificio», como rezaba una placa descubierta ese día. Minutos después, los asistentes se desplazaron a la Plazuela. Allí se inauguraría también ese día el busto del general Evaristo San Miguel. Una jornada para los grandes hombres.

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