Cine evangelizador
El misionero capuchino Baltasar de Matallana presentó al público gijonés una película sobre sus experiencias en la Gran Sabana
No todo van a ser 'westerns'.... aunque esto se le parecía mucho. Hace 75 años, EL COMERCIO contó que en pocos días el mediático misionero ... capuchino Baltasar de Matallana, conocido por sus libros sobre los viajes a los que les llevaba su profesión, y esta vez acompañado por Álvaro de Espinosa, estaría en Gijón presentando una nueva obra. Pero esta, por una vez, no era un libro, sino una película. Concretamente, una «misional de interés extraordinario, filmada por ellos mismos y en el mismo campo de misión, que han evangelizado durante dieciséis años». Todo un espectáculo, sonoro y en tecnicolor, «con los más modernos procedimientos de la técnica americana».
Publicidad
No hablaban sin saber los críticos de nuestro periódico. Para ellos se había pasado ya el film, en emisión privada. «Podemos afirmar que es lo más perfecto que en esta clase de películas se ha hecho». En esta ocasión, Matallana, religioso y aventurero, viajaba a la selva tropical, «en un país hasta hace poco inexplorado, repleto de bellezas naturales insuperables, cruzado por ríos anchurosos que parecen mares, donde el estruendo de las cataratas, algunas mayores que las famosas del Niágara y del Congo, se oye constantemente a distancia a muchos kilómetros».
Una zona inexplorada, en efecto, por el hombre occidental y por la espiritualidad cristiana: la Gran Sabana, «región situada en los límites de Venezuela, del Brasil y de la Guayana inglesa, en la que hasta hace poco vivían en estado salvaje». Desde hacía años, Matallanas y una veintena más de capuchinos se aprestaban a evangelizar allí a «un país inmenso, más de 30.000 kilómetros cuadrados, sin vías de comunicación de ninguna clase, donde con frecuencia han de abrirse paso a golpe de machete por selvas enmarañadas, llenas de fieras y de reptiles venenosos». Ahora, todo eso se vería en la gran pantalla, y, además, también «los indios en su propia salsa, nada de truco ni de camuflaje de estudio cinematográfico, auténticos indios guaraos y pemones» que ahora, decían los propios interesados, «han entrado en la corriente del mundo civilizado». Cámara mediante.
1 año por solo 16€
¿Ya eres suscriptor? Inicia sesión