Colosal despliegue en Gijón para detener a un hombre atrincherado en una vivienda

Alrededor de las dos de la tarde, un extraordinario despliegue de la Guardia Civil interrumpía ayer la actividad en la avenida de Manuel Llaneza esquina con Schulz. Cerca de veinte agentes de la Unidad de Seguridad Ciudadana (Usecic) de la Comandancia de la Guardia Civil de Gijón irrumpieron en la zona para desplegar un operativo cuyo fin era detener a un hombre, J. L. F. S., a quien se llevaron en el interior de un furgón.

Según comentaron testigos de lo sucedido, este llevaría desde ayer «atrincherado» en su domicilio, presuntamente para evitar su ingreso en el Centro Penitenciario de Asturias. El operativo, llevado a cabo por una unidad de élite de la Benemérita formada por agentes especializados y multidisciplinares que intervienen fuertemente armados y protegidos de arriba abajo al estilo de los agentes antidisturbios se desplegó en hora punta, dejó atónitos a los viandantes. Dos agentes controlaban y desviaban el tráfico y otros se encargaban de asegurar la zona y proteger a los ciudadanos de a pie mientras sus compañeros intervenían en el domicilio donde se desplegó la operación.

Era un piso del número 56 de la avenida de Manuel Llaneza en cuyo interior se refugiaba J. L. F. S., un hombre de unos 30 años con ingresos previos en prisión supuestamente por delitos menores y asuntos relacionados con las drogas, que según su propia familia consumía de forma habitual hasta hace poco. Según pudo saber EL COMERCIO, aunque las fuentes oficiales mantienen de momento silencio en torno a la investigación, el hombre se habría dado a la fuga en un control en Mieres y posiblemente conducía sin carné, lo que podría tener relación con su detención.

Tras efectuar un registro en la vivienda que J. L. F. S. comparte con su pareja y su hija, que tendría cinco meses de edad, la Guardia Civil metió al hombre en un furgón blanco y en cuestión de minutos se replegó el operativo.

La hermana y la madre del arrestrado regresaban de hacer la compra cuando se encontraron el despliegue. En el portal, transmitieron a este periódico que el detenido «abrió él mismo la puerta y salió, se entregó voluntariamente». «No entendemos este despliegue. Él estaba bien, trabajando, desde que nació su hija se había quitado de las drogas y estaba en un programa de reinserción. Se presentaba a los juzgados por darse a la fuga en el control», relataron ambas mujeres.

«Consideramos innecesaria esta operación, lo podrían haber hecho de otra forma. Quienes quedan aquí son su mujer y su hija prematura. No pensaron en su familia, solo en cogerlo a él», la mujer de Juan Carlos J. J., fallecido tras ser atropellado en la puerta de su casa el pasado septiembre.

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