El Ayuntamiento de Gijón asumirá el coste del derribo de la nave de Flex, que prevé antes de que acabe el año

De todo esto hay varias aristas. Por un lado, obligará a una modificación presupuestaria que se llevará al pleno de mayo para llevar a cabo el derribo. Será de 600.000 euros. Lo que ya se ha iniciado es el expediente de contratación para la redacción del proyecto de demolición. ¿Por qué esto se hace así?

Porque la entidad bancaria le ha remitido un escrito al Ayuntamiento reconociéndose como titular de la nave y con el bien inmueble inscrito. Pero, para que esto vaya más rápido, lo que hace el Consistorio es asumir la ejecución subsidiaria y después reclamar al banco que le pague los costes.

El anuncio ha sido recibido con “satisfacción" por los vecinos de La Calzada que afirman que “entendemos que hay unos plazos burocráticos y legales, pero parecen asumibles porque la cosa parece seria”. El presidente de la asociación de vecinos de La Calzada destaca que “es importante que se haya puesto solución a este problema que lleva décadas aguantando y que había ido a peor en insalubridad en los últimos años”.

«Dijimos a los vecinos que no íbamos a fallarles y no lo hemos hecho», exclamó Martínez Salvador.

Precisamente, buena parte de los retrasos venían del cambio de titularidad del nave. Urbanismo ha querido esperar a que el BBVA sea propietario de la nave a todos los efectos para acordar los términos del derribo. Y eso es precisamente lo que ha pasado ahora, que el BBVA ya se ha reconocido como titular del mismo. Para todo esto ha tenido que pasar más de un mes desde que el Ayuntamiento de Gijón declarase en ruina la nave de Flex. Fue el 7 de marzo, y fue entonces cuando dio 15 días para su demolición. Ya avisó entonces, antes del lío del cambio de titularidad, que si la propiedad del edificio no lleva a cabo la operación, será el Consistorio el que lo derribe para exigir luego el coste de los trabajos