Detenida por rociar con gas pimienta a sus vecinos en Gijón

Agresiones, un intento de quemar la casa de una vecina y su hija pequeña con ellas dentro, daños en el mobiliario, una condena por azuzar los perros en el ascensor contra una niña... Son solo algunos de los graves problemas que vienen sufriendo los moradores de las viviendas sociales de la calle Alicia Álvarez Concepción, en Nuevo Roces, por parte de una inquilina que el domingo por la noche acabó detenida después de rociar con gas pimienta el inmueble y dejar al menos a ocho afectados, dos de ellos agentes de la Policía Nacional.

Ayer, la jueza de guardia dictó una orden de protección para seis vecinos, dada la peligrosidad de la mujer, de 44 años, y el cariz que están tomando los acontecimientos. «No nos atrevemos a salir al parque, tiene a los cuatro bloques atemorizados, va a acabar por pasar algo grave...», lamentan los residentes, quienes aseguran estar «con el miedo permanente, tenemos que bajar al perro en grupos porque si nos ve a uno solo viene directamente a por nosotros y nos suelta a los tres perros que tiene».

«Lleva viviendo aquí muchos años, pero los problemas van en aumento. Desde hace dos meses prácticamente no nos atrevemos a salir de casa si no es en grupo», explica una de las víctimas a la cual la agresora no se podrá acercar a menos de 200 metros. Desde ayer tiene una orden de protección dictada por la jueza, para ella y para al menos otras cuatro personas a las que ha, presuntamente, amenazado de muerte e increpado.

A Jessica Rodríguez hace dos semanas le quemó la puerta de casa, con ella y con su hija de cuatro años dentro. «Nos salvamos porque justo llegaron unas amigas y vieron que había fuego en el felpudo y en un montón de cartones y papeles que había apilado. Si no llegan a venir de visita ellas igual estábamos ahora muertas», dice.

A esos hechos se suma la supuesta agresión a otra chica del bloque de al lado, la condena por azuzar a sus perros en el ascensor contra una menor o los daños provocados en el mobiliario cuando bajó con un mazo y la emprendió a golpes con todo lo que encontró a su paso. «Estamos desesperados, ya no sabemos qué hacer. Tiene como una docena de denuncias y sigue y sigue...», lamentan.

El domingo por la noche, ocho personas debieron ser atendidas por la intoxicación del gas pimienta. «Llegó a casa después de estar toda la tarde bebiendo y cuando subió a la cuarta planta empezó a llamar a todos los pisos y según abrían las puertas rociaba el spray. Yo tengo asma y casi no lo cuento...», explica una de las afectadas.

Los sanitarios asistieron a varios inquilinos, entre ellos dos niños. Los bomberos y la Policía desalojaron parte del bloque y el resto de vecinos estuvieron confinados hasta que los bomberos ventilaron el edificio. «Ser pobres no está reñido con tener una buena convivencia, esto es insoportable...», abunda Jessica Rodríguez. La vecina problemática quedó ayer en libertad con cargos.