Emulsa abre la vía al despido del superior del capataz acusado de acoso sexual por encubrirle

En las conclusiones de la comisión, se afirma que las conductas de acoso sexual «son habituales en el día a día del capataz denunciado», que se acentuaban en las compañeras que tenían contrato eventual. Pero estas conclusiones son muy duras con el encargado y se basa en los testimonios que indican que «era conocedor de estas prácticas y de que las mismas eran una práctica habitual del denunciado, tal y como se puso de manifiesto en la investigación que él mismo encargo a espaldas de la Jefatura del Servicio y de la jefa de Recursos Humanos».

La empresa concluye que «el encargado incumple el protocolo establecido», ya que debería haber comunicado la situación a su jefe de servicio y a la jefa de Recursos Humanos, con el fin de que interviniera el órgano competente e iniciara una investigación. Durante las pesquisas realizadas por los responsables de Emulsa declararon numerosos testigos que mayoritariamente aseguraron que el encargado conocía los hechos y que, «pese a ello, en ningún caso tomó medida alguna al respecto».

Todo esto motivó que las personas que sufrieron el acoso sexual por parte del capataz no presentaran denuncias por el miedo a sufrir algún tipo de represalia. Pero además, propició que estas conductas se enquistarán en el tiempo. La investigación asegura que esa inacción del encargado «dilató la identificación de esta situación y la consiguiente aplicación de medidas» por parte de Emulsa.

La comisión de investigadora considera que sobre el encargado «también recae un elevado grado de responsabilidad en los hechos acaecidos, puesto que, por motivos que esta comisión desconoce, incumplió sus obligaciones de informar a sus superiores de hechos de extrema gravedad de los que era conocedor».

Pero es que hay otra persona más implicada en todo esto, como es el superior del encargado, es decir, el jefe de servicio. La comisión investigadora dice que «parece cuando menos cuestionable» el hecho de que se reuniese con el encargado y el capataz «sin poner en conocimiento a la jefa de Recursos Humanos. No obstante, la comisión no le atribuye ninguna responsabilidad en este desagradable asunto.

Quienes sí quedan completamente exonerados, según la comisión, son la jefa de Relaciones Humanas y el gerente, Alfonso Baragaño, pues «no eran conocedores de los hechos denunciados en relación al acoso sexual». No obstante, considera que han de asumir su responsabilidad, habida cuenta de la gravedad de lo ocurrido, y «ejerzan las medidas sancionadoras y preventivas que consideren oportunas para evitar que circunstancias como las descritas vuelvan a repetirse».

Las consecuencias de que un trabajador de Emulsa reciba una sanción tipificada como 'muy grave' pueden llevar al despido. En el caso del citado encargado, ya que indicó que cuando fue sancionado por una falta 'grave' se le aplicaban diez días sin empleo y sueldo. Pero al elevarse la categoría a 'muy grave', según el convenio colectivo de la empresa prevé la suspensión de empleo y sueldo de once a 120 días o el despido, si bien el propio convenio advierte de que «para la aplicación y graduación de las sanciones se tendrá en cuenta el mayor o menor grado de responsabilidad del que comete la falta, así como la reincidencia, repercusión del hecho en los demás trabajadores o en la ciudadanía, y en la empresa». Y es que Emulsa argumenta precisamente este último precepto para agravar la sanción: visto el cariz que tomaron los acontecimientos.

Además, hay que tener en cuenta la mala imagen que se ha transmitido de la empresa municipal en los últimos días por este asunto.