Así lo contó EL COMERCIO.
1922. Hace 100 años.

Los estragos del fuego

Un incendio destruyó dos buhardillas en sendos portales contiguos de la calle de San Bernardo, sobre los almacenes 'El Águila'

Lunes, 4 de julio 2022, 03:57

Fue una conmoción. En las alturas, sobre el local de los almacenes de 'El Águila', una espesa columna de humo, «viéndose también brillar algunas chispas», ... se enseñoreó en el Gijón de hace justo ahora un siglo cuando caía ya la noche. Y en EL COMERCIO, cómo no, lo contamos. «El fuego se había iniciado en la 'guardilla' (sic) que habitan don Rafael Secades y su familia. Estos, que se hallaban en casa, sintieron, al principio, un ruido estrepitoso, y vieron, con espanto, que la techumbre se venía abajo al tiempo que las llamas aparecían, amenazadoras». En plena calle de San Bernardo, concretamente en los números 31 y 33, el incendio se hizo fuerte ante la atónita mirada de un «numeroso público que a aquellas horas animaba las calles de nuestra ciudad», desplazado voluntariamente, al llegar las noticias del fuego, «a contemplar el ignífero espectáculo».

Publicidad

Afortunadamente, el hecho de que Secades y familia se encontrasen en casa logró evitar la pérdida de vidas humanas. Fueron ellos quienes avisaron a los vecinos de las casas contiguas, que se aprestaron a salvar muebles y ropas. «Estas eran arrojadas desde los balcones a la calle. Y en esos trabajos cooperaron algunos transeúntes, consiguiéndose así que las pérdidas no fueran mayores. También se procuró enseguida poner a salvo a los niños, y es cuando se vio cruzar entre la muchedumbre a un hombre que llevaba en brazos una criatura dormida».

No fue fácil extinguir el incendio. El alcalde se personó en el lugar y los heridos se contaron hasta cuatro: dos bomberos, un curioso y un alférez del regimiento de Infantería de Tarragona. Con todo, como las más grandes tormentas, también el fuego llegó a amainar. Pero, eso sí, llevándose por delante las buhardillas habitadas por los Secades y por Francisco Ruiz, y generándose daños en los terceros y segundos pisos «por efectos de las aguas» vertidas por las mangueras de los bomberos. «El incendio se cree lo hayan promovido unas chispas que prendieron en el hollín de la chimenea», dijimos, basándonos en fuentes oficiales. El viento y el mal material hicieron el resto. Una vez más.

Este contenido es exclusivo para suscriptores

1 año por solo 16€

Publicidad