El estudio de El Musel señala que el carbón que se derrama en sus aguas no sale del puerto

El estudio, al que aún le quedan entres seis y ochos semanas para completarse, sí tiene ya esas conclusiones preliminares que fueron avanzadas en la reunión del pasado viernes del consejo de administración de la Autoridad Portuaria de Gijón. El trabajo está siendo elaborado por la empresa Gea Asesoría Geológica, con sede en el polígono de Silvota (Llanera) y el departamento de Geología de la Universidad de Oviedo. El estudio se apoya en datos recabados sobre la circulación de las corrientes marinas y en la sedimentología y estratigrafía de los depósitos en el fondo marino. Así lo explica Félix Mateo, director de I+ D de la empresa Gea, quien asegura que en este momento queda caracterizar las muestras de carbón recogidas en la playa en un laboratorio de Estados Unidos especializado en el estudio del origen de este tipo de mineral y en lo que se conoce como reflectancia de la vitrinita.

La Autoridad Portuaria contrató estos trabajos de análisis de las muestras de carbón de los sondeos de la playa de San Lorenzo en el tercer trimestre de 2020 por un importe de 11.642 euros y un periodo de dos meses para presentar los resultados. Sin embargo, la crisis sanitaria ha ido alargando los plazos y aún está pendiente esos últimos análisis en el laboratorio norteamericano. El material analizado fue extraído a finales de octubre del pasado año por la empresa especializada en sondeos Instrumentación Geotécnica y Estructural, con un coste de 2.803 euros.

La de El Musel es la segunda investigación científica que se lleva a cabo en los últimos meses para aclarar el origen de las manchas de carbón de la playa tras la realizada por el Instituto de Ciencia y Tecnología del Carbono (Incar). De hecho, el Puerto gijonés plantea en cierto modo este estudio como un contrainforme al encargado por el Ayuntamiento de Gijón al citado instituto, que concluyó que la mayoría del carbón que aparece en la playa es imposible que sea del 'Castillo de Salas', hundido en la bahía gijonesa en 1986.

Los especialistas del Incar procesaron 198 muestras a lo largo del arenal gijonés y las sometieron a análisis petrográfico. Una vez conocidas su composición y parámetros de reflectancia, acudieron a los archivos históricos para ver los materiales que llevaba el 'Castillo de Salas' y contrastaron. «Solo un 24,7% (y probablemente algo menos) de los carbones encontrados en las muestras de la playa son compatibles en cuanto a características de rango con la carga que transportaba» el buque siniestrado. «El resto, un 75,3%, es carbón totalmente incompatible con la carga» del 'Castillo de Salas' y su origen «estaría ligado al movimiento de grandes tonelajes de carbón en áreas próximas».

El origen portuario se ve reforzado por la visita a las playas colindantes. Solo en el Arbeyal y Poniente los científicos dieron con muestras con características similares a las de San Lorenzo, lo que unido al régimen de mareas y al estado en el que llegan los materiales, descarta que vengan de mucho más lejos que el puerto. Los investigadores hicieron dos minisondeos en el arenal y comprobaron que tras décadas de manchas «la presencia de carbón y de otros componentes orgánicos, aunque variable, no se limita a la superficie sino que estos componentes aparecen como mínimo a las profundidades de 45 centímetros».