Excelencia y convivencia en el IES Roces

Solo hace falta echar un vistazo a los pasillos del centro, y no digamos ya a su biblioteca, para darse cuenta de que algo pasa en el IES de Roces. El centro, con casi 600 alumnos (de ESO, Bachillerato y ciclos formativos de grado Medio y Superior), está viviendo su particular revolución educativa. Un proceso de cambio en busca de la equidad, la integración, la innovación y la mejora de la convivencia. Y, por qué no, también de la excelencia. El equipo directivo, encabezado por Begoña Seijo, se propuso el curso pasado avanzar, en el marco del contrato programa de la Consejería de Educación, que en esta edición está centrado en la equidad y cuenta con financiación del Fondo Social Europeo. La campaña anterior tocó la autoevaluación, que determinó que había que cambiar algunas cosas. Los objetivos son tres principalmente: inclusión y convivencia, atención a la diversidad e innovación educativa. Y en todo ello andan.

Sobre el papel, los objetivos suenan bien. Pero hay que llevarlos a la práctica. Y eso se hace con las ideas del profesorado, que se organiza en equipos para sacar adelante los distintos proyectos. Que son muchos y que ponen en común todos los responsables en una reunión semanal. Por ejemplo, lograr coordinar a todos los departamentos para una actividad de centro, una vez al trimestre. Solo con la participación de todos se consigue convertir el tradicional magüestu en un 'Terrorgüestu', una jornada que a través de talleres consiga aunar Física y Química, Inglés, Orientación, Educación Física, Plástica... Disfraces, concurso de puertas terroríficas, acertijos, música. Y castañas, claro.

Se logra también que el día de Halloween se convirtiera en todo un acontecimiento, con la biblioteca como punto de partida, tras lograr convertir en proyecto de centro todas las actividades de promoción y animación a la lectura que venía haciendo. Lo cierto es que la lectura en el IES de Roces se ha convertido también en un proyecto de Aprendizaje y Servicio, gracias a la colaboración de los alumnos de varios ciclos, que a través de Poe y su cuento 'El pozo y el péndulo' animarán a los alumnos de primero de ESO.

Fuera de las aulas los proyectos siguen. Lo hacen en los recreos, con los patios dinámicos, en los que colaborarán las familias. Y en la huerta que están poniendo en marcha. Después de colocar la jardineras, los alumnos se llevan a casa semillas, con el compromiso de devolverlas al centro cuando germinen. También en el recreo tienen oportunidad los estudiantes de hacer una cosa más que original: cargar sus dispositivos móviles mientras pedalean. Es una de las tres novedosas ideas del proyecto Ecoroces. La primera es elaborar compost en el propio centro. La segunda, celebrar marchas 'Plogging', que se dividen en dos cuestiones. Por un lado, hacer carreras en bici o a pie recogiendo residuos. Y finalmente, los ciclistas cargadores, esto es, pedalear para conseguir batería para el móvil mediante dinamos. Los dispositivos serán elaborados por los propios estudiantes, en Tecnología. Para estas actividades, el IES Roces busca dos cosas: camisetas en desuso con las que harán las bolsas ecológicas para recoger residuos y bicis.

También se ha fijado el centro en las competencias STEM. El primer taller será nada menos que para la creación de hologramas relacionados con Halloween. El listado de proyectos es enorme. El Guns N'Roces, iniciativa musical que no solo ha servido para sustituir la sirena por música, sino para aumentar la cultura musical de los alumnos.

A todo ello suman que se han convertido en el único centro gijonés elegido como Escuela Embajadora del Parlamento Europeo, que les obliga a tener un 'Infopoint' desde el que promover la cultura europea y sus institucionales. Como anillo al dedo para un centro que cuenta con la asignatura de Cultura Europea en cuarto de ESO. Todo esto se completa con un completo programa de convivencia. «Hay que darles responsabilidad a los alumnos. Cuanto más les motivas, más cosas quieren hacer», admite el equipo directivo.