Todo un día de piano en la calle

¿Que hay un rapaz tocando el piano delante del Jovellanos? Sí, porque desde las diez de la mañana se ha puesto en marcha una de las actividades más afamadas y esperadas, tanto por los alumnos como por el público, del Festival Internacional de Piano de Gijón, el maratón de música, que empezó a las 10 de la mañana y se prolonga hasta las 22 horas: se tocará de manera ininterrumpida durante 12 horas en el paseo de Begoña. «Sabemos que la gente se pasa incluso horas mirando el maratón, porque todos los que tocan el piano tienen un nivel increíble», detallaba José Ramón Méndez, pianista y miembro de la organización del festival, el día de la presentación.

Y es que, un año más, esta es ya su XIX edición, el Festival Internacional de Piano vuelve a ofrecer un programa completo para que alumnos de todas partes del mundo puedan enriquecer sus conocimientos, y también para que todo el público pueda disfrutar de lo que dio de comer a Beethoven, Chopin y Schubert.

Además, en el programa también destaca una cita imprescindible para disfrutar de pianistas de renombre internacional como Alexander Kobrin, Eunae Lee y Gilles Vonsattel a precios asequibles, entre 12 y 15 euros. «Todos los participantes también vienen por la ciudad, para disfrutar de Gijón», sentenciaba Amy E. Gustafson, directora del festival.

«No todos los festivales de música clásica llegan a esta edición con el 98% financiado por las matrículas de sus alumnos. Estamos muy contentos de poder hacer magia un año más», explicaba Méndez.

Desde ayer hasta el 27 de este mes, diferentes pianistas avanzados mayores de 16 años podrán disfrutar de dos semanas de clases magistrales, recitales e instrucción individual con profesionales del piano de renombre internacional como Veda Kaplinsky y Boris Slutsky. «En esta vida del concertista de piano siempre se está aprendiendo, y los alumnos saben que el profesorado que asiste al festival es del más alto nivel», precisaba Méndez. Son más de 60 los participantes que se han apuntado a este encuentro y que llegan desde diferentes partes del mundo como Corea del Sur, China, Europa del Este, Estados Unidos, Sudamérica, Canadá y, por supuesto, España. «Este año hemos recibido tantas solicitudes que tuvimos que limitar el número de participantes porque el Conservatorio Profesional de Música de Gijón tiene un aforo concreto», explicaba José Ramón Méndez. A lo largo de esos 14 días, los alumnos dispondrán de cinco clases individuales, la mayoría en inglés, pero algunas especializadas pueden ser en español, francés o alemán, además de la oportunidad de participar en clases magistrales y de realizar recitales en público.