Los fusiles del Ejército también vuelan

«Estamos encantados de participar en la Fiesta del Cielo y para mi que soy gijonés, es un honor estar aquí», declaró el sargento Fernández García, miembro de la Patrulla de Honores del Ejército del Aire. La primera de las exhibiciones que celebraron a lo largo del día en distintos puntos del centro comenzó a las once de la mañana, con la confianza de que «el ánimo del público y el candor que nos brinda la ciudad de Gijón vaya en aumento». Y si lo fue, pues ya por la tarde era una auténtica multitud quienes siguió su espectáculo en la Plaza del Marqués. Sus movimientos sincronizados al ritmo de la música y las acrobacias con los rifles lanzados al aire hicieron las delicias del público.

Sus actuaciones tuvieron tres partes. Primero realizaron ejercicios usando la canción 'Seven Nation Army', de The White Stripes. Después realizaron en estático una serie de movimientos con el fusil en alto que corrieron bajo la dirección de Miguel Duro Ortega, líder de la patrulla. Y finalizaron las sesiones con una versión del tema 'Believer', «que consideramos que acompaña muy bien con el ritmo de los golpes que provocan los fusiles».

«Al público le encanta esta clase de ambiente tan animado, queremos atraer gente de todo tipo, desde niños hasta mayores. Es maravilloso ver a tanta ciudadanía apoyándonos». El sargento Fernández García considera «muy importante darle visibilidad a los pilotos que participamos en este evento tan especial, para que la gente nos conozca mejor y vea que somos gente normal». Cree que mucho público se queda solo con «las fotos, el ruido y el ambiente pero la imagen y el componente humano que están ahí detrás sosteniendo el festival también es muy importante». Agradeció el apoyo recibido desde el Consistorio y recordó que «no participábamos en Gijón desde 2018».

La unidad del Ejército del Aire la componen 120 miembros, pero para entrar en la Patrulla de Honores hay que superar una serie de pruebas. «El plan de instrucción que hemos preparado puede durar entre 6 y 8 meses, dependiendo del personal disponible ese año. Cuando los voluntarios pasan el corte se convierten en candidatos a promocionar. Se les enseña y forma para que superen unas pruebas prácticas con movimientos de orden cerrado», indicó. Según cuenta «la escuadra de gastadores de la unidad madre se nutre con estos voluntarios seleccionados. Funciona como una especie de cantera».