«Gijón tiene mucho futuro en el sector del 'yachting'»

Hace 17 años, el centro de Formación Profesional del Mar entabló un convenio de colaboración con un exalumno, el capitán de yates de lujo en Génova Luis Balbín (Villaviciosa, 1978), para buscar posibilidades de prácticas e inserción laboral a los alumnos de los ciclos formativos de grado superior. Esta unión entre el sector público y el privado continúa a día de hoy, creando nuevas oportunidades tanto para oficiales como para tripulación en un sector de la náutica aún desconocido pero con «mucho potencial».

-¿Qué es un megayate?

-Un barco de más de 40 metros de eslora, aunque ahora se están construyendo mucho más grandes. Es un hotel privado flotante, una actividad muy ligada a la hostelería y la industria del lujo que, como es sabido, no tiene crisis. Es un sector muy marcado por la confidencialidad del que se conoce poco más allá de cierto folclore, pero que está muy bien remunerado, crea empleo estable y tiene mucho futuro. Además, genera mucha industria auxiliar a su alrededor.

-¿Cuántos alumnos han hecho prácticas en megayates?

-Uno, dos o incluso tres por año. Todo se intensificó hace cuatro, cuando surgió el programa Erasmus de prácticas. Además, al perder España su flota se limitaron las posibilidades de embarcar a los alumnos, y por ello tuvimos que apoyar a la escuela. El centro tiene un simulador buenísimo, pero una parte fundamental del sector marítimo es embarcarse, sufrir a los compañereos, los mareos, el vientos, frío, calor, el estrés y la pasión, porque este un trabajo muy vocacional.

-¿Qué grado de inserción laboral tienen?

-Tenemos un 100% de éxito en la inserción laboral de los alumnos de puente que han pasado por el programa Erasmus. Los de máquinas son profesionales muy reconocidos en cualquier sector industrial, y al ser esta una profesión muy vocacional, algunos eligen quedarse en tierra haciendo otra actividad.

-¿Salen, entonces, bien formados del centro?

-Todos vienen muy bien formados, lo que falta son las prácticas. En tres meses salen con la capacitación suficiente para pelearse de tú a tú con los ingleses, que son quienes dominan la industria. La única asignatura pendiente es el dominio del inglés.

-Han diseñado un programa pionero de formación para la industria, un curso de servicios profesionales especializado en megayates que es gratuito, al estar financiado por el Servicio de Empleo.

-Se destina no solo a los oficiales, sino a ocupar otros puestos en los barcos, porque un megayate de 40 metros lleva diez personas de tripulación y la mitad se dedica al servicio. En la escuela potenciamos a los oficiales, pero la otra pata es la que mayor rotación tiene.

-¿Por qué hacer un curso tan específico para la tripulación?

-Hay gente muy preparada que viene de la Escuela de Hostelería, pero a la que le faltan certificados profesionales para poder embarcar. Con el curso, intentamos dinamizar el empleo juvenil, dar una salida profesional en un sector muy atractivo y aún desconocido, pero con unos salarios que, por ejemplo, duplican los del personal de cabina de avión.

-¿Cuándo volverá a impartirse?

-Llevamos ya dos años del programa piloto, con 30 alumnos. El de febrero funcionó muy bien, pero la pandemia nos cogió en pleno curso y complicó los viajes y la inserción de los participantes. Si todo va bien, lo retomaremos el próximo año.

-¿Qué salidas tiene?

-Camarero, personal de limpieza... Pero también el equivalente a una gobernanta de hotel, o un asistente personal que organice la agenda y el ocio de los propietarios, que requieren personal cualificado que puede ganar hasta 10.000 euros en rotación: dos meses embarcado, dos en su casa. Queremos que gente de Asturias tenga la oportunidad de trabajar en esta industria. La jefa de azafatas de Amancio Ortega, por ejemplo, es de Gijón. Es decir, aquí hay mucha tradición de la industria del 'yachting', pero se desconoce. El sector empieza a rodar, tiene futuro, y nos gustaría dar la opción a los jóvenes asturianos de salir formados de casa, porque aquí hay grandes formadores y recursos.