El acusado, a su llegada a los juzgados de Gijón este miércoles. Carolina Santos

«Las relaciones fueron consentidas», dice el abogado del sacerdote acusado de abusar de una alumna de los Jesuitas de Gijón

El abogado del procesado ha señalado que «desde los 12 a los 16 años de la denunciante, solo había una amistad» y que la relación fue consentida de los 16 años a los 18 años

Olaya Suárez

Gijón

Miércoles, 17 de febrero 2021, 10:43

El sacerdote acusado de abusar de una alumna en el colegio de La Inmaculada de Gijón llegó a primera hora al juzgado acompañado de su abogado. El juicio en la Sección Octava de la Audiencia Provincial, en Gijón, se celebra a puerta cerrada y durante el mismo, según manifestó el letrado, tratarán de demostrar que «las relaciones fueron consentidas». «Desde los 12 a los 16 años de la denunciante solo había una amistad y de los 16 a los 18 mantuvieron una relación sentimental consentida», apuntó el abogado Alberto Aldamunde.

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El sacerdote, J. E. M., se sienta en el banquillo de los acusados por haber abusado, supuestamente, de una alumna cuando trabajaba como profesor en el colegio de la Inmaculada. La fiscalía solicita para él una condena de ocho años de cárcel por un delito de abuso sexual continuado. El procesado llegó a ser superior de los Jesuitas en La Rioja, hasta que fue apartado de su cargo con el inicio de la investigación judicial.

Según las acusaciones, los abusos habrían comenzado cuando la víctima tenía 12 años, siendo plenamente conocedor de la edad de la niña. Durante esos años, 2008 y 2009, «intimó con ella, provocando encuentros y diciéndole que la amaba y que la deseaba». «Inició el contacto personal con ella a través de redes sociales y en sus conversaciones le decía que no era de piedra, que la quería y utilizaba las expresiones como princesa y solete para dirigirse a ella», añade.

En 2010, cuando la adolescente tenía 14 años, «mantuvo los primeros encuentros sexuales con ella, llegando a mantener relaciones completas cuando la joven contaba con 17 años». «Le decía a la menor que era la mujer de su vida, que quería una vida con ella, pero que no podía, debido a su condición de sacerdote. La relación finalizó en septiembre de 2012», añade el fiscal.

Los informes forenses recogen que dichos abusos sexuales continuados durante años le provocaron a la víctima un trastorno ansioso depresivo. No fue hasta 2019, cuando contaba con 25 años, cuando decidió denunciar ante la Policía Nacional lo que le había ocurrido cuando era menor de edad. Se inició entonces una investigación en el juzgado de Instrucción número 2 de Gijón y la Unidad de Familia y Menor (UFAM) de la Comisaría de Gijón, que determinó que existían pruebas incriminatorias contra el sacerdote J. E. M.

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Además de los ocho años de cárcel, la fiscalía solicita para él la inhabilitación como docente durante cinco años, una orden de alejamiento y comunicación hacia la víctima y libertad vigilada durante otros ocho años una vez cumplida la pena de prisión.

La orden apartó el 12 de enero de 2019 al religioso. Su último destino fue en el colegio de los jesuitas de Logroño y su último cargo fue el de superior de la compañía en La Rioja. El sacerdote, de 50 años, se ordenó en 2004 y su primer destino fue Gijón. Ejerció como profesor de religión y como delegado de las actividades de montaña.

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