La reforma del Muro buscará «reducir la dependencia del coche» y ganar zonas verdes

Para ello, el mes pasado se solicitaron datos de diversa índole, que el Ayuntamiento ya ha hecho llegar en gran parte. La petición incluía la entrega de los estudios existentes sobre sombras arrojadas y sobre el número de desplazamientos generados en cada barrio -junto con el modo de transporte utilizado y el motivo-, así como información sobre la cantidad de veces que cada línea de autobús pasa por las paradas, su número de usuarios y el porcentaje de población próxima a cada parada. Pero también un extenso catálogo de datos georreferenciados que permitan hacer un análisis espacial sobre el número de habitantes y su distribución por edades, las edificaciones existentes, el número de viviendas, los usos de plantas bajas y primeras plantas, las plazas de aparcamiento para coches y bicicletas, el parque de vehículos de los residentes, la superficie por tipo de viario -calzada, acera, parque-, los equipamientos de servicios básicos y su número de usuarios, el arbolado existente e incluso la altimetría del terreno.

A partir de esa información, se elaborará el estudio de los 26 indicadores «que abordan los grandes ámbitos implicados en la consecución de un modelo de ciudad sostenible» de cara a describir «la situación actual y las tendencias en materia de sostenibilidad urbana en la ciudad».

En lo que respecta a ocupación del suelo, la intención es cuantificar la densidad de viviendas por hectárea y la altura media de las edificaciones. Y en cuanto a la habitabilidad, se buscan conocer cuestiones como la proporción de «verde urbano» por tramo de calle, la relación entre densidad construida y «espacios de estancia y relación», la accesibilidad de las aceras (tanto en lo que respecta a su anchura como a la pendiente), la calidad del aire, los niveles de ruido y el porcentaje de horas de «soleamiento» entre las 8 y las 22 horas como medida del «confort térmico del espacio público».

En relación a la movilidad, el análisis recogerá qué porcentaje de desplazamientos en día laborable se realizan en vehículo privado -con el objetivo de «reducir la dependencia del automóvil»-, cuánta población tiene «cobertura simultánea de otros modos de transporte», cuántas plazas de aparcamiento hay en relación a la demanda y qué porcentaje de los vecinos tienen un aparcamiento para bicicletas a menos de 100 metros. Sobre espacios verdes y «biodiversidad», constan indicadores como la superficie verde por habitante y la cantidad de calles que «promueven la conetividad» entre distintos espacios verdes, a modo de corredor. Finalmente, se estudiarán la «complejidad urbana» y la «cohesión social» para conocer cuestiones como la proximidad a actividades comerciales de uso cotidiano o la presencia de equipamientos y servicios públicos.

El ámbito sobre el que se hará este estudio abarca los barrios de Cimavilla, el centro, La Arena y parte de Somió, es decir, el considerado como «entorno de influencia», sobre el que cualquier actuación sobre el Muro tendrá impacto directo. Un área en el que residen aproximadamente 50.000 gijoneses.

En paralelo al análisis cuantitativo de estos datos, el grupo de trabajo escuchará la opinión de varios expertos en charlas abiertas al público -eso sí, de manera telemática-. La primera de ellas será el 28 de enero bajo el título 'Recorrido histórico por la configuración del Paseo del Muro de Gijón'. Tendrá como ponentes a Diego Cabezudo, Ramón Galán y Fernando García Landa, responsables de la remodelación de 1992, y a Celestino García Braña, arquitecto que firmó el Plan Especial del Muro de 2004. La mesa estará moderad por Manuel García García, representante del Colegio de Arquitectos en el Foro de la Movilidad de Gijón.