Gijón da luz verde a la ordenanza de movilidad que acabará en los tribunales y ante el Defensor del Pueblo

El Pleno Municipal acaba de aprobar de manera definitiva la nueva Ordenanza de Movilidad Sostenible del Concejo de Gijón con los votos en contra de Vox, Partido Popular y Foro, y el respaldo de los grupos municipales de Podemos-Equo, Ciudadanos, Izquierda Unida y PSOE. Y se aprobó, después de un descanso obligado por la pérdida de la conexión de internet del concejal Aurelio Martín, no sin cierta polémica, ya que el concejal de Foro Pelayo Barcia aseguró que su formación acudirá al Defensor del Pueblo por la prohibición de los vehículos de más de 30 años a circular más de 2.500 kilómetros al año por el concejo, así como llevar la ordenanza al completo ante la Justicia, para lo que se han puesto en contacto con el mismo equipo que consiguió la nulidad del proyecto Madrid Central.

Desde Podemos y Ciudadanos, sus portavoces Laura Tuero y José Carlos Fernández Sarasola, resaltaron el diálogo y consenso logrado durante la negociación de la ordenanza, un punto de vista no compartido por los portavoces de Foro, Vox y PP.

Si había un concejal especialmente satisfecho con la aprobación de la ordenanza fue Aurelio Martín, responsable de Medio Ambiente y Movilidad, quien no dudó en señalar que «hoy es un buen día para Gijón» y destacó las aportaciones de Podemos y Ciudadanos. De los primeros, indicó que dieron «un carácter más social y más justo a la ordenanza», mientras que sobre los segundos resaltó su intermediación con la Plataforma de Afectados por la Ordenanza de Movilidad, apuntando que «contribuyó a catalizar un acuerdo más amplio».

Pero Martín tuvo palabras más duras para las otras tres formaciones. Si bien resaltó que la normativa era aprobada por dos tercios del pleno, «hay quien prefiere ser parte del fango de la política española». Sobre el PP, el concejal dijo que se le habían admitido 23 enmiendas y se preguntó si eso no merecía, al menos, que se abstuviera en la votación, mientras que de Foro indicó que habían presentado muy pocas enmiendas y les fue admitida una de las 116 que fueron asumidas. Además, remarcó que las medidas de las Naciones Unidas, la Agenda 2030 o el Acuerdo de París «no están al servicio de una estrategia bolivariana» y lo dijo porque tanto Vox como PP y Foro aseguraron que esta es una ordenanza ideológica.

Eladio de la Concha, portavoz de Vox, manifestó que en el texto «hay cuestiones dogmáticas e ideológicas», ya que, en su opinión, los problemas de contaminación en Gijón se circunscriben a la zona oeste de la ciudad y no se deben al tráfico de vehículos. Además, calificó de «disparate» este tipo de políticas que quieren «transformar el campo en ciudad y la ciudad en campo».

La concejala del PP Ángeles Fernández-Ahúja aseguró que la ordenanza pretende «convertir Gijón en una laboratorio ideológico sobre movilidad y no implantar un modelo de movilidad». Criticó que se trata de un texto «asfixiante, prohibitivo e intervencionista» sin dar contrapartidas a los usuarios, al tiempo que también apuntó que los problemas de polución se producen en la zona oeste debido al denso tráfico de camiones y reclamó la ejecución del vial de Jove.

Pelayo Barcia habló en representación de Foro y además de las acciones judiciales ya indicadas anteriormente, avanzó que su formación hará una campaña informativa en la calle para remarcar los pros y las contras de esta ordenanza municipal, que no dudó en calificar de «meramente ideológica».

Los respaldos a la ordenanza vinieron de la mano de Podemos y Ciudadanos. La portavoz de los morados, Laura Tuero, resaltó que el texto logra «una sociedad más justa, equitativa y social» y el objetivo es, en su opinión, «que el peatón ha de ser el protagonista para devolverle los espacios que le había quitado el hormigón». Así, se mostró firme defensora de la movilidad activa, es decir, a pie, en bicicleta, con transporte público o con medios de transporte compartidos, por ser «menos contaminantes».

José Carlos Fernández Sarasola, portavoz de Ciudadanos, reconoció que «compartimos objetivos», pero alertó de que se trata de una ordenanza viva, pues considera que en un futuro habrá puntos que habrá que modificar para ajustarla a la realidad que se presente. Además, apuntó que «no es la ordenanza de Ciudadanos, pero el proyecto final mejora el planteamiento inicial».

La propia alcaldesa no quiso perder la oportunidad de cerrar el debate y agradeció el trabajo realizado por todas las formaciones y «el talante cordial y de discusiones políticas» durante la tramitación de la ordenanza, así como las aportaciones de Podemos y Ciudadanos que «han hecho posible que contemos con una ordenanza que parte del trabajo realizado en mandatos anteriores».