Así lo contó EL COMERCIO.
1997. Hace 25 años.

Un gijonés de acero

Dentro del proceso de renovación del consejo de administración de Aceralia, fue elegido presidente José Ramón Álvarez Rendueles

Domingo, 6 de noviembre 2022, 00:11

Quince miembros. Y, dirigiéndolos a todos, un gijonés. La noticia de la renovación del consejo de administración de Aceralia saltó a la opinión pública asturiana hace hoy 25 años, cuando EL COMERCIO informó de que el próximo presidente del gigante siderúrgico Aceralia sería un asturiano. Llegaaba Álvarez Rendueles a sustituir a Francisco Prada y como primer nombre de un consejo que también salía ahora a la luz. «La lista de consejeros», informamos, «de los que entre seis y ocho serán nombrados a propuesta de la multinacional luxemburguesa Arbed, se intentará consensuar durante este mes entre las partes antes de la oferta pública de venta (OPV) del grupo siderúrgico español»

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Se sabía ya que uno de los sillones sería para José María Aristrain, el futuro vicepresidente, «y habrá dos vocalías para los secretarios generales de las federaciones estatal del Metal de UGT y Minerometalúrgica de CC.OO., Manuel Fernández López 'Lito' e Ignacio Fernández Toxo, respectivamente, y Francisco Ribera, en representación de Gestamp-Gonvarri, en calidad de consejero independiente». Unos nombres que seguirían, según lo previsto, la línea «del famoso informe Cadbury, que estabece que el máximo órgano administrativo se asegure el control de la gestión que realicen los directivos del grupo en beneficio de todos los pequeños inversores».

Rendueles habría de pilotar, durante su madato, «una privatización en tercera fase del plan de modernización del sector público empresarial». La más imaginativa y compleja, decía EL COMERCIO. «Según los analsitas bursátiles consultados, hasta el momento el gobierno del PP se ha limitado a hacer la tarea más fácil, como ha sido la venta de las empresas saneadas como Repsol, Telefónica o Endesa. Sin embargo, la prueba de fuego se inicia con Aceralia, que pone en marcha el plan diseñado por el director general de Industria, Pau Guardans, verdadero artífice del saneamiento y venta de las empresas industriales con graves problemas». Un modelo consistente en disminuir «costes laborales y productivos». Una tarea, ya se podrán imaginar, más que ingrata.

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