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Francisco Javier Rionda, en Gijón. CAROLINA SANTOS

Un gijonés lleva casi diez años sin poder ocupar la casa que compró en Cantabria

Ha ganado todos los pleitos contra una familia que se niega a abandonar la vivienda y que logró frenar varios desahucios con denuncias contra él

Miércoles, 2 de marzo 2022, 03:21

Un auténtico calvario es lo que está viviendo Francisco Javier Rionda desde que en 2012 a este gijonés se le ocurriera comprar una casa que estaba en venta en la localidad cántabra de Gama, en el municipio de Bárcena de Cicero. A pesar de contar con varias sentencias a favor y órdenes de desahucio contra los vendedores, pese a lo cual siguen residiendo en la casa, todavía no ha podido acceder al inmueble y, lo que es peor, tiene que «soportar una continua campaña de difamación» contra su persona en las redes sociales, ya que le acusan de ser «un prestamista y de haber estafado a los vendedores». Especialmente virulenta, dice, es la actitud del hijo de los ocupantes, que ha recabado el apoyo de entidades como Stop Desahucios y la Plataforma de Afectados por la Hipoteca. Por ello, a pesar de haber estado callado durante estos diez años, Rionda se ha visto en la obligación de denunciar al joven por difamación y atentado al honor.

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Según explica Francisco Javier Rionda, pocos días antes de que se cumpla la fecha marcada para el desahucio, los ocupantes de la vivienda presentan una querella contra él, en todas las ocasiones con la misma argumentación, para que el juzgado se vea obligado a paralizar el desalojo al haberse judicializado el caso. Así lleva una década, lamenta.

La venta se realizó en una notaría de Gijón el 29 de mayo de 2012, «con pleno conocimiento de que los propietarios estaban vendiendo y que recibían el dinero acordado», según explicaría el propio notario en uno de los juicios que se celebraron al respecto. Previamente, el comprador abonó la deuda de 16.000 euros que los vendedores habían contraído con una prestamista de Bilbao (a pesar de que es a él a quien acusan de ser prestamista) y se acordó que los moradores siguieran viviendo en la casa durante un año en precario, «es decir, gratis», para que encontraran una nueva residencia. Es más, en este tiempo se les llegó a conceder una vivienda social, que rechazaron, abunda Rionda.

Se niegan a salir

Pero transcurrido ese año en precario comenzaron los problemas, ya que los vendedores se negaron a abandonar el inmueble al tiempo que comenzaron a acusar al gijonés de que los había estafado. Al parecer, «en un juicio dijeron que creían que habían hecho una hipoteca con el BBK, pero ¿en todo este tiempo no pagaron ni una letra, ni el IBI ni nada? Si así lo creían, ni se molestaron en ir a ver qué estaba pasando», indica Rionda. Además, no se planteaban devolver el dinero de la venta realizada. Todos los juicios habidos hasta el momento, incluidas varias querellas contra Francisco Javier Rionda que fueron archivadas y recursos en juzgados de Gijón y ante las audiencias provinciales de Asturias y de Cantabria, han sido ganados por este gijonés que recrimina que «esta es una manera de abusar de la Justicia gratuita, porque si el caso está judicializado no puede haber alzamiento. El último era para el 26 de enero y volvió a ser suspendido», si bien en esta ocasión adujeron razones humanitarias y se acogieron a la Ley de Vulnerabilidad, aprovechando los cambios normativos con motivo de la pandemia sanitaria.

Pero el hijo de los vendedores ha reactivado en las últimas semanas su campaña contra este gijonés, por lo que se ha visto en la obligación de presentar la denuncia por difamación y atentado al honor. Ante esta situación, Francisco Javier Rionda se pregunta «¿quién es el estafado?», porque el hijo de los vendedores «está engañando a todo el mundo. Me acusan a mí y yo solo soy un trabajador», se lamenta.

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