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Arsian Costales y sus hijos Pilar y Koke charlan en el tanatorio con Isabel Moro. JOSÉ SIMAL

Adiós al hombre que organizó 2.000 actos

El funeral de quien fuera presidente del Ateneo Jovellanos se celebrará a la una de esta tarde en la iglesia de San Lorenzo

MARCO MENÉNDEZ

GIJÓN.

Sábado, 6 de julio 2019, 02:53

Numerosos familiares y amigos acudieron ayer al Tanatorio de Cabueñes para acompañar a la familia de José Luis Martínez, quien fuera presidente del Ateneo Jovellanos entre los años 1994 y 2013. Ateneístas como la actual presidenta, Isabel Moro, o responsables del Partido Popular, del que Martínez era afiliado, como el actual portavoz municipal, Alberto López-Asenjo, trasladaron sus muestras de cariño a su viuda, Arsian Costales, y sus hijos, Pilar y Koke.

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La cultura gijonesa, la que llega directamente a los ciudadanos, se quedó un poco más huérfana con el fallecimiento a los 87 años de José Luis Martínez, un hombre que durante cinco mandatos al frente de la presidencia de la entidad ateneísta organizó un total de 2.012 actos y 95 viajes, muchos de ellos internacionales, según los datos recabados por su fiel escudero y exsecretario, José Ramón Fernández Sirgo.

También en su directiva participó Francisco de Borja Santamaría. Compartieron trabajo durante unos quince años y tiene claro que «hay una cosa que siempre me llamó mucho la atención y es lo que yo llamo su juventud. Aunque a la presidencia del Ateneo llegó con los 60 cumplidos, era una persona joven. Siempre miró hacia adelante y con entusiasmo». Y es que «tenía una capacidad de trabajo increíble. Hasta la extenuación». Pero no solo eso, pues Santamaría apunta como otros de los puntos fuertes de José Luis Martínez «su imaginación, sacrificio y altura de miras. Tenía una visión muy amplia de la cultura».

Pero Martínez también le estaba muy agradecido a la ciudad. «Muchas veces me decía que todo lo hacía porque consideraba que había recibido mucho de la sociedad y que era su obligación devolverle mucho», rememoró Santamaría.

Una entidad abierta

Durante la presidencia de José Luis Martínez, el Ateneo Jovellanos se distinguió por ser una entidad abierta a todo el mundo. «Era la institución más abierta de la ciudad, donde podía hablar y trabajar cualquiera». De la misma opinión es el actual vicepresidente, Luis Rubio, quien apuntó que «admitimos a absolutamente todo el mundo, a quien tenga algo que decir, sin ideologías, sin mirar absolutamente nada. Es una tribuna. Ahora ya hay más sitios donde dar conferencias y presentar libros, pero cuando José Luis empezó en el Ateneo había muy pocos y por eso representó lo que representó para la ciudad».

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Todos coinciden en que Martínez fue clave en el resurgir del Ateneo Jovellanos. Rubio recuerda que «lo cogió cuando estaba prácticamente desaparecido y lo dejó en lo más alto. Quienes le conocimos y tratamos con él tenemos que agradecer el tiempo que dedicó a la cultura de la ciudad». Organizar las primeras ferias del libro de la ciudad, la visita a Gijón de las principales figuras de la literatura del país y de grandes conferenciantes, desde ministros hasta embajadores, y muchas otras actividades fueron obra de este eterno ateneísta, pero Luis Rubio apunta que «no creo que haya sido reconocido siempre este esfuerzo».

Durante su presidencia, José Luis Martínez trató de guardar siempre un equilibrio ideológico en las actividades y conferencias que organizaba la entidad, sin ocultar en ningún momento su pertenencia al Partido Popular. No en vano, por el tanatorio pasaron ayer desde antiguos compañeros, como Francisco Cubiella (exconcejal y ahora en Ciudadanos de Carreño), al actual portavoz de los populares en el Ayuntamiento de Gijón, Alberto López-Asenjo, quien dijo que «era un afiliado de referencia, de esas personas entregadas a las siglas del partido y a poner en común toda su experiencia y capacidad de trabajo. Eso es lo que desde el Partido Popular valoramos; su bonhomía, generosidad, espíritu y entrega que han permitido tener una base tan sólida y potente del mejor relicario que tiene el PP, que son sus afiliados».

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López-Asenjo también hizo referencia a la faceta cultural de José Luis Martínez y a la coincidencia de su fallecimiento con el del actor Arturo Fernández: «Tenemos que despedir a dos personas que en el ámbito de la cultura han sido protagonistas y artífices del desarrollo cultural en Gijón. En el Ateneo Jovellanos también sorprende ver cómo se pueden hacer cosas desde el ámbito absolutamente vocacional, que era el caso de José Luis».

El caso es que desde su llegada al Ateneo Jovellanos (ejerció como presidente desde 1993, aunque en realidad no sería nombrado hasta 1994), José Luis Martínez se empeñó en recuperar el espíritu con el que Torcuato Fernández-Miranda fundara la entidad en 1953. Por sus dependencias habían pasado desde entonces figuras de la Literatura como Gerardo Diego, Julián Marías o Camilo José Cela. Y está claro que lo consiguió, pues logró traer a Gijón autores de la talla de Manu Leguineche, Arturo Pérez Reverte, Luis Suárez, Antonio Gamoneda, César García de Castro, Isabel San Sebastián, Javier Esparza, Javier Moro y un largo elenco de personalidades del mundo de la cultura.

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Reconocimientos

Como no podía ser de otra manera, Jovellanos también estuvo en el centro de la actividad ateneísta, pues al prócer gijonés le dedicó Martínez 34 de los 2.012 actos que organizó. También creó 21 premios internacionales de poesía, de novela corta, seis bienales de acuarela, ocho premios al desarrollo económico e industrial o cuatro de investigación histórica iberoamericana. El Ateneo Jovellanos también otorgó en ese periodo seis medallas de oro: a los Reyes de España, Torcuato Fernández-Miranda, el padre Patac, Juan Velarde, Luis Suárez y Aurelio Menéndez, además de una insignia de oro, en 2005, al entonces Príncipe de Asturias, Felipe de Borbón.

Creó la Federación Hispanoamericana de Ateneos, con la celebración en Gijón de tres de sus congresos mundiales, en los años 1999, 2003 y 2006. Pero además tuvo tiempo para presidir Unicef en Asturias durante siete años, cargo que dejó en 2004.

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Sus amigos podrán darle hoy su último adiós. El funeral de cuerpo presente tendrá lugar, a la una de esta tarde, en la iglesia parroquial de San Lorenzo. A continuación tendrá lugar su traslado al Tanatorio de Cabueñes, donde sus restos serán incinerados. Gijón pierde a uno de los referentes culturales de la ciudad de las últimas décadas, pero dejó marcado la senda para los próximos años del Ateneo Jovellanos.

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